CARLOS SANTA MARÍACARLOS SANTA MARÍA

Carlos Santa María

Después de hacerse público por la prensa española el intento de Golpe al gobierno de Gustavo Petro por Álvaro Leyva, se vio claramente los trabajos forzados de la ultraderecha colombo-estadounidense para desviar la información o desligarse de sus acciones desestabilizadoras, donde Estados Unidos es el campeón de los salvajes golpes de estado en el mundo.

Primera precisión: los audios del ex canciller son claros en su intentona y organización, los cuales no pueden ser desmentidos por interpretaciones que simplemente son palabras sin fundamento. Aún más, la “entrevista” para desligar a Vicki Dávila del entuerto solo la vincularon como traición a la patria.

Dos, la reunión de Dávila con representantes republicanos, Mario Díaz Balart y Carlos Jiménez, entre otros, partidarios de una intervención en nuestro país, fueron confirmadas por fotos que impiden negar sus acciones en este sentido. Decir que fueron reuniones “bonitas” no excluye el contenido subversivo de estas.

Tercero, hipócritamente la derecha colombiana manifestó que son respetuosos de la Constitución y jamás han pretendido cambiar el gobierno, cuando todos los días y de manera persistente a través de los Medios Masivos de Desinformación atacan al mandatario y a sus representantes, poniendo en entredicho la gestión a través de cualquier infundio.

Cuarto, el golpismo de la oposición extrema es desesperación al saber que por intermedio de la “comunicación” no es posible derrocar un mandatario, sino que se requiere “acciones” como las mencionadas. Al no tener un proyecto político ligado al pueblo y sus derechos, los aprecios disminuyen rápidamente.

Quinto, el tema de Miguel Uribe, también mencionado y siempre violento en sus intervenciones, ha dejado de ser el señuelo para acusar a Gustavo Petro como el instigador, por lo cual no es de extrañarse que aparecerán nuevos temas con el fin de defenestrar al presidente de los colombianos.

El golpe se sigue orquestando. Provocar conflicto con Trump parece que no ocurrirá.   Por tanto, alta atención a las maquinaciones y continuar en la defensa de los derechos del pueblo es la alternativa correcta.