La angustia se prolonga para las familias del subintendente Frankie Hoyos y el patrullero Yordyn Fabián Pérez, secuestrados por el ELN en Arauca el pasado 20 de julio. Un mes y 20 días después de su retención, sus seres queridos denuncian silencio del Gobierno Nacional y exigen acciones concretas para lograr su liberación.
“Esto es verdaderamente muy doloroso, muy catastrófico. Es cuando familias enteras se acaban”, expresó entre lágrimas el padre de uno de los uniformados, quien mantiene viva la esperanza de volver a abrazar a su hijo.
El caso de Arauca se suma al de otros cinco uniformados que continúan en poder de grupos armados ilegales en Cauca y Nariño: el auxiliar de la Policía José Larrahondo, los soldados Jeison Javier García, Brayan Stiven Ruiz, Juan David Buitrón y Jamerson Adrián Guacheta.
En medio de la incertidumbre, las familias han recibido dos pruebas de supervivencia que alimentan la esperanza de un pronto regreso. Sin embargo, insisten en que las autoridades deben redoblar esfuerzos para garantizar su libertad.
El general Carlos Fernando Triana, comandante de la Policía Nacional, envió un mensaje de respaldo: “La asistencia es permanente a estas familias. Aún esperan ese anhelado reencuentro”.
Mientras tanto, el país recuerda que recientemente fueron liberados los 45 soldados que permanecían secuestrados en Cauca, lo que renueva la exigencia de que se logre el mismo desenlace para los uniformados que siguen en cautiverio.
