La celebración de Halloween, cada 31 de octubre, genera debate entre creyentes cristianos que se preguntan si participar en esta festividad es compatible con su fe. Aunque la Biblia no menciona directamente el término “Halloween”, sí ofrece principios que permiten reflexionar sobre su origen, prácticas asociadas y significado espiritual.
Origen pagano y simbolismo espiritual
Halloween tiene raíces en el antiguo festival celta de Samhain, una celebración que marcaba el fin de la cosecha y el inicio del invierno. Se creía que en esa noche los espíritus de los muertos regresaban al mundo de los vivos, lo que llevó a prácticas como encender hogueras y usar disfraces para ahuyentar entidades malignas.
Con el tiempo, esta festividad se mezcló con tradiciones cristianas como el Día de Todos los Santos, pero mantuvo elementos relacionados con lo oculto, la brujería y la muerte. Según la Biblia, prácticas como la adivinación, la invocación de espíritus y la brujería son condenadas en textos como Deuteronomio 18:10-12 y Gálatas 5:19-21.
¿Qué dicen los líderes cristianos?
Muchos líderes religiosos consideran que participar en Halloween puede ser contrario a los valores bíblicos, especialmente cuando se promueven disfraces de demonios, zombis o brujas, o se realizan actividades que glorifican el miedo y lo macabro. Sin embargo, otros sostienen que es posible resignificar la fecha con actividades familiares, educativas o comunitarias que no contradigan la fe.
La clave está en el discernimiento personal y en cómo se vive la celebración. Romanos 12:2 invita a los creyentes a no conformarse a los patrones del mundo, sino a renovar su mente para discernir la voluntad de Dios.
Alternativas cristianas a Halloween
Algunas iglesias y comunidades cristianas han optado por celebrar el Día de la Luz, festivales de disfraces positivos o actividades de oración y reflexión. Estas alternativas buscan mantener la alegría y el sentido comunitario sin comprometer principios espirituales.

