Estadio inhabilitadoEstadio inhabilitado

El histórico estadio Guillermo Plazas Alcid de Neiva vuelve a estar en el ojo del huracán. Tras una exhaustiva inspección técnica realizada por la División Mayor del Fútbol Colombiano (DIMAYOR), se ordenó el cierre total e inmediato del escenario deportivo, al considerarse que las condiciones estructurales representan un riesgo inminente para jugadores, árbitros y asistentes. El diagnóstico fue contundente: graves deficiencias en las tribunas ubicadas sobre los camerinos, con peligro real de colapso.

La medida ha generado un profundo malestar entre los hinchas del Atlético Huila, quienes ven cómo, una vez más, la falta de mantenimiento, inversión y planificación condena a la capital huilense a quedarse sin fútbol profesional en su casa. En redes sociales, los aficionados expresaron su indignación y tristeza, señalando que el estadio, símbolo deportivo de la región, lleva años esperando una intervención seria que nunca llega.

“Nos quitaron el estadio, nos quitaron el equipo y ahora nos quitan el orgullo”, escribió un hincha en una de las publicaciones del club. La sensación general es de frustración y abandono institucional, especialmente porque la problemática del Guillermo Plazas Alcid no es nueva: desde el trágico colapso parcial de 2016, el escenario ha tenido reparaciones parciales, pero nunca una reconstrucción integral que garantice seguridad y funcionalidad.

Ante la decisión, el Club Atlético Huila emitió un comunicado oficial en el que confirmó que acatará la medida de la DIMAYOR y que trabaja junto con las autoridades locales y la Federación Colombiana de Fútbol para definir una sede alterna donde pueda continuar disputando sus partidos como local. “El club lamenta profundamente la situación que atraviesa nuestro estadio y agradece a la hinchada por su comprensión y apoyo incondicional. Nos comprometemos a gestionar las condiciones necesarias para que el equipo siga compitiendo en el torneo sin contratiempos”, expresó Michel Deller, dueño del equipo. 

Aunque el comunicado busca transmitir tranquilidad, la afición no oculta su preocupación por el futuro deportivo del equipo. Muchos temen que el traslado a otra ciudad afecte la identidad del club y la conexión con su gente. “El Huila sin Neiva no es el Huila”, reclaman los seguidores, que piden soluciones urgentes y definitivas, no más parches ni promesas incumplidas.

La crisis del estadio Guillermo Plazas Alcid vuelve a poner sobre la mesa la deuda histórica que las administraciones han tenido con el deporte huilense: infraestructura precaria, proyectos inconclusos y una gestión que, según los hinchas, ha dejado al fútbol de la región literalmente en ruinas.