El secretario de Infraestructura, Milton Stiven Hoyos, anunció con entusiasmo la intervención de 100 metros de vía en el sector de los semáforos del barrio Solarte, vía a Palestina. Aunque la administración local presentó la obra como un paso hacia la mejora de la movilidad, los ciudadanos no tardaron en cuestionar la magnitud del supuesto logro.

“¿Cómo es posible que celebren 100 metros, cuando hay barrios enteros sumidos en el abandono?”, expresó un residente del sector, reflejando el sentir de muchos neivanos que consideran que el anuncio está lejos de responder a las necesidades viales del municipio.

En crisis

En varios puntos de Neiva, las calles permanecen en condiciones deplorables: huecos, grietas y falta de señalización convierten cada trayecto en un desafío diario. Mientras tanto, la administración parece concentrar sus esfuerzos en obras menores que poco alivian el panorama general.

La polémica ha reavivado el debate sobre la planificación y priorización de los recursos públicos, especialmente en sectores donde el deterioro vial afecta la seguridad, el comercio y el transporte.

“Más que fotos y anuncios, se necesitan soluciones estructurales”, reclaman los habitantes, quienes piden que los planes de mantenimiento vial dejen de ser parches simbólicos y se conviertan en respuestas concretas a un problema que avanza a paso de tortuga.