El calzado que es un acto de respeto por la tierra.
En el año 2011 comenzó una historia que, como muchas en Nariño, nació con más sueños que recursos. En un pequeño local de apenas seis metros de fondo por dos de frente, Juan Carlos Guzmán y Nancy Burbano creyeron que las manos nariñenses podían crear algo tan resistente como el cuero y tan valioso como la perseverancia: Calzado Guzmán.
Al principio, las jornadas eran largas. Se producían entre diez y quince pares al mes, y con cada venta se compraba lo justo para seguir adelante: un nuevo cuero, un poco de suela, un par de hormas. Era un trabajo de resistencia, de fe, de quienes entienden que el verdadero emprendimiento no nace del capital, sino del compromiso con lo que se ama hacer.
Desde el principio, decidieron apostar por lo que pocos hacen hoy: fabricar calzado a la medida, con el cuidado de quien no produce en serie, sino para una persona, una historia, un destino.
Pero el camino no fue sencillo. Llegaron las dudas, la desconfianza, los tropiezos económicos y las pruebas más duras. Sin embargo, cada obstáculo se convirtió en motivo para resistir. Con el tiempo, el esfuerzo dio fruto: hoy Calzado Guzmán produce alrededor de 250 pares mensuales, conserva su sello artesanal y se ha ganado un espacio en el corazón de sus clientes.
“Lo más difícil dice su fundador fue que creyeran en nosotros. A veces se valora más lo que viene de afuera y olvidamos que aquí también sabemos hacer las cosas bien.” Pero esa lucha también ha sido su mayor orgullo: haber construido una identidad, una marca que lleva con dignidad el sello de “Hecho en Nariño”.
Además, la empresa ha asumido un compromiso ambiental: producir calzado más sostenible, reducir el desperdicio y cuidar el entorno que les inspira. “asegura el fundador, mientras pasa los dedos por una pieza recién terminada, suave y firme a la vez.
PIE DE FOTO Juan Carlos Guzmán, Nancy Burbano, Jazmín Rosero, Mario Maury, William Cortés, Diego Hernández, William Guerrero, Dary Espinosa, Ingrid Timana
