Nick Jefree Martínez Alba, alcalde del municipio de Lejanías, ha denunciado públicamente las amenazas de las que ha sido objetivo por parte de guerrilleros disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Estas amenazas, dirigidas no solo a su vida, sino también a la de su familia y la seguridad del palacio municipal, son el resultado de su negativa a reunirse con los insurgentes.
Antecedentes
Las tensiones comenzaron a intensificarse semanas atrás cuando el alcalde Martínez Alba, junto a su homólogo de San Juan de Arama, implementaron un toque de queda. Esta medida tenía como objetivo evitar que los comerciantes locales asistieran a reuniones convocadas por los guerrilleros en un planchón sobre el río Guayabero. Los disidentes de las FARC, que se habían reagrupado en la región tras los acuerdos de paz, veían en estas reuniones una oportunidad para imponer un «impuesto de guerra» a los comerciantes y fortalecer su control sobre la zona.
Amenazas
Según ha denunciado Martínez Alba, los insurgentes han utilizado diversos medios, incluidos mensajes de texto y llamadas a través de la aplicación WhatsApp, para hacer llegar sus exigencias y amenazas. En estos mensajes, los guerrilleros demandan el pago de un impuesto de guerra, una práctica que busca financiar sus actividades y mantener su influencia sobre los territorios donde operan.
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Las amenazas no se han limitado a exigencias económicas; los disidentes han advertido que la negativa del alcalde a colaborar con ellos los está «obligando a actuar», insinuando posibles acciones violentas contra él y su entorno. Esta situación ha llevado a que Martínez Alba sea declarado objetivo militar por los insurgentes, incrementando así el riesgo para su vida y la de sus allegados.
Medidas
Ante el creciente riesgo, el Ejército Nacional ha intentado tomar medidas preventivas para proteger al alcalde y a la comunidad en general. Se han llevado a cabo operativos para acordonar las áreas donde se sospecha que los guerrilleros planean realizar sus reuniones y extorsiones. Sin embargo, los insurgentes han demostrado ser hábiles para evadir los controles militares, desviando a los comerciantes a otros lugares y manteniendo así sus actividades delictivas.