
El conejo malo sigue siendo el rey. Bad Bunny encabeza las nominaciones a los Latin Grammy 2025 con un total de doce menciones, convirtiéndose en el artista más destacado de esta edición y reafirmando su posición como la figura dominante de la música latina en la última década. Su más reciente proyecto, Debí Tirar Más Fotos, ha sido el motor detrás de este reconocimiento masivo, logrando presencia en categorías clave como Álbum del Año, Grabación del Año, Canción del Año y Mejor Álbum de Música Urbana.
La noticia no sorprende del todo: cada vez que Bad Bunny lanza un nuevo trabajo, el impacto es inmediato. Desde su debut en 2018 con X 100pre, el puertorriqueño ha roto las barreras del reguetón y el trap para convertirse en un artista transversal que fusiona géneros, explora nuevas narrativas y, sobre todo, conecta con una audiencia global que lo sigue más allá del idioma. En esta ocasión, el nivel de nominaciones no solo refleja la popularidad del álbum, sino también el reconocimiento crítico que ha recibido por su propuesta estética y conceptual.
Entre las doce nominaciones, destacan las menciones a temas que ya son himnos recientes como Nadie Sabe Lo Que Va a Pasar Mañana y colaboraciones que han marcado la conversación cultural en 2025. Además, el artista figura en apartados técnicos como Mejor Ingeniería de Grabación, lo que habla de un trabajo integral que no se limita a lo vocal o lo comercial, sino que también resuena en la producción y el diseño sonoro.
La reacción del público fue inmediata. Redes sociales como X (antes Twitter) y TikTok se llenaron de mensajes de celebración por parte del fandom, que lleva años viendo cómo Bad Bunny pasa de ser un exponente urbano más a un referente cultural global. Muchos lo ven como el heredero de un linaje que alguna vez encabezaron artistas como Shakira, Juanes o Calle 13 en los Latin Grammy, pero con un nivel de impacto internacional que ha superado las fronteras tradicionales de la música latina.
El logro también abre un debate sobre la evolución del género urbano dentro de los premios. Hace apenas una década, reguetón y trap tenían poca cabida en las categorías principales, y muchas veces eran relegados a apartados especializados. Hoy, en cambio, el álbum de Bad Bunny compite de tú a tú con producciones de pop, rock y fusiones tradicionales. Para algunos críticos, esta es la consolidación del reguetón como un lenguaje universal, mientras que para otros es la muestra de cómo la academia se ha tenido que adaptar a una realidad que el público ya validó hace años.
Bad Bunny, fiel a su estilo, no ha hecho aún grandes declaraciones sobre el récord de nominaciones. Sin embargo, en entrevistas recientes ha insistido en que su meta no son los premios, sino hacer música que refleje su momento y su visión del mundo. “Los Grammys son bonitos, pero yo hago música para mí y para mi gente”, comentó en una charla previa a este anuncio. Esa mezcla de irreverencia y autenticidad es, probablemente, lo que más conecta con sus seguidores.
La ceremonia de los Latin Grammy 2025 promete estar marcada por su presencia. Aunque la competencia es fuerte —con nombres como Karol G, Shakira, Peso Pluma y Rosalía también nominados en categorías importantes—, es difícil imaginar que el conejo malo no se lleve varios gramófonos a casa. Lo que está en juego no es solo el número de premios, sino la reafirmación de un artista que ha cambiado las reglas del juego y que, a estas alturas, parece estar escribiendo la historia de la música latina contemporánea a su manera.
El 2025 será recordado como el año en que Bad Bunny no solo volvió a liderar la industria, sino en el que dejó claro que su reinado no tiene fecha de caducidad.
