La violencia en Haití alcanzó un nuevo nivel de crueldad. Al menos 110 ancianos fueron asesinados en Puerto Príncipe, señalados de practicar brujería. Según la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH), el líder de una pandilla local ordenó la masacre tras culparlos de la enfermedad y muerte de su hijo. Cité Soleil: el epicentro de una nueva masacre en Haití.
Los crímenes ocurrieron en Cité Soleil, una de las zonas más empobrecidas de la capital. Los atacantes secuestraron a las víctimas, las acorralaron y las mataron con disparos, machetes y cuchillos. Testigos relataron que algunos cuerpos mutilados fueron quemados en las calles.
Te puede interesar: Reino Unido lidera la defensa con armas láser
Cité Soleil: el epicentro de una nueva masacre en Haití, El vudú como pretexto mortal
Según informes, el líder de la pandilla, identificado como Monel «Mikano» Felix, consultó a un sacerdote vudú, quien atribuyó la enfermedad de su hijo a rituales realizados por los ancianos. En represalia, Felix desató una cacería que dejó una ola de muerte y terror en la comunidad.

La RNDDH confirmó que las víctimas tenían en su mayoría más de 60 años, aunque también murieron jóvenes que intentaron proteger a los ancianos. «La línea roja ha sido cruzada», expresó la oficina del primer ministro haitiano, prometiendo acciones contra los responsables.
Un país bajo el control de las pandillas
Haití enfrenta una crisis sin precedentes. Según la ONU, la violencia pandillera ha dejado más de 5,000 muertos en 2024. Actualmente, las pandillas controlan el 85% de Puerto Príncipe y han desplazado a más de 700,000 personas.
El Consejo Presidencial de Transición, encargado de organizar elecciones y restaurar el orden, parece incapaz de contener el caos. Mientras tanto, la misión de seguridad liderada por Kenia no cuenta con los recursos necesarios para combatir a las bandas armadas.
El impacto internacional
La violencia en Haití no solo afecta a los ciudadanos locales. Recientemente, tres aviones comerciales fueron impactados por disparos en el aeropuerto internacional de Puerto Príncipe, lo que llevó a la suspensión de vuelos internacionales. Estados Unidos ha pedido a la ONU convertir la misión de seguridad en una operación oficial de mantenimiento de la paz, aunque enfrenta resistencia de Rusia y China.