En las montañas del municipio de Funes, Nariño, un grupo de caficultores ha logrado cultivar granos de café en altitudes excepcionales, aprovechando las condiciones ideales de clima y suelo propias de la región – temperaturas frescas, nubosidad parcial y suelos volcánicos ricos – para producir una calidad sobresaliente.

Este café “de altura” ha llamado la atención en mercados internacionales, alcanzando recientemente exportaciones hacia Canadá y la ciudad de Nueva York en Estados Unidos. El proyecto implica un proceso riguroso de selección, beneficiado y empaque, buscando mantener tanto las propiedades organolépticas del grano como los estándares internacionales exigidos por compradores exteriores.

Para los caficultores de Funes, este logro representa no solo una apertura comercial, sino también un reconocimiento del potencial que tienen sus tierras para elevar la calidad del café colombiano. El reto, ahora, es consolidar estas rutas de exportación, fortalecer las cadenas logísticas y garantizar que los productores locales sigan participando de manera justa en el valor agregado del café elevado.