Durante las últimas semanas se han documentado varios episodios de linchamientos en Bogotá y otras regiones del país, producto de la desconfianza ciudadana hacia el sistema judicial y el deseo de “justicia inmediata”.
Expertos señalan que estos hechos no solo representan una crisis de seguridad, sino también un síntoma de deterioro de la legitimidad institucional: comunidades que sienten que la justicia no actúa, toman la ley en sus manos.
Organizaciones de derechos humanos advierten que este fenómeno pone en riesgo el Estado de derecho, normaliza la violencia y exige respuestas urgentes de las autoridades.