Este domingo 31 de agosto se conmemora el Día Internacional de la Solidaridad, una fecha que trasciende lo simbólico y se convierte en una oportunidad para pensar en comunidad. En un mundo marcado por profundas desigualdades, la solidaridad no es solo un gesto moral, sino una herramienta concreta para construir políticas más eficaces y sociedades más equitativas.

La efeméride fue establecida por la Asamblea General de la ONU en 2005, con el objetivo de promover la cooperación entre naciones y pueblos. La elección del día rinde homenaje al movimiento social polaco Solidarność, surgido en 1980, que impulsó transformaciones políticas profundas en Europa del Este y contribuyó a la caída del muro de Berlín.
Más que un valor, una necesidad
La solidaridad no se limita a actos individuales. Es una condición previa para el progreso colectivo. En contextos donde millones de personas no acceden a recursos básicos, asumir la responsabilidad compartida se vuelve urgente. La cooperación internacional, el respeto por los derechos humanos y la atención a los más vulnerables son pilares de esta jornada.
Como lo expresó Lech Walesa, líder del movimiento Solidarność y Premio Nobel de la Paz, “solo en la medida en que todos nos ayudemos y trabajemos por una causa común, viviremos en un mundo más pacífico y enriquecedor”.
Cómo participar desde lo cotidiano
La ONU no propone un programa fijo para esta fecha. Cada comunidad puede adaptarla según sus necesidades. Lo importante es que las acciones reflejen un espíritu solidario y estén orientadas al bien común.
Algunas iniciativas frecuentes incluyen:
- Organizar colectas de alimentos o ropa.
- Realizar actividades recreativas en espacios públicos.
- Visibilizar causas sociales a través de encuentros culturales o educativos.
Una jornada que no debe pasar desapercibida
El Día Internacional de la Solidaridad nos recuerda que el cambio comienza con gestos concretos. Desde una conversación empática hasta una acción comunitaria, cada paso cuenta. En tiempos de polarización y crisis, este valor se vuelve más necesario que nunca. Porque solo juntos podemos construir un futuro más justo para todos.
