Este 28 de octubre, el mundo celebra el Día Mundial de la Animación, una jornada dedicada a reconocer una de las formas más creativas y emocionantes del arte moderno. Desde sus inicios en el siglo XIX hasta las producciones contemporáneas, la animación ha evolucionado como un puente entre ciencia, narrativa y emoción.

Un homenaje al primer movimiento animado

La fecha conmemora la primera proyección pública de cine animado, realizada en 1892 por el pionero francés Charles-Émile Reynaud en el Museo Grévin de París. Aquella noche, Reynaud presentó tres cortos bajo el nombre de “Pantomimas Luminosas”: Pauvre Pierrot, Clown et ses chiens y Un bon bock. Estos trabajos marcaron el inicio de una revolución visual que cambiaría para siempre la forma de contar historias.

Reynaud y sus inventos: el origen del cine animado

Reynaud no solo creó las primeras animaciones, sino que también desarrolló tecnologías clave como el praxinoscopio y el teatro óptico. Estos dispositivos permitieron proyectar imágenes en movimiento con una calidad sorprendente para la época, además de sincronizar sonido e imagen, algo impensado en ese entonces. Su trabajo fue reconocido en la Exposición Universal de París en 1878, consolidando su legado como precursor del cine animado.

Una celebración global del arte y la técnica

Desde 2003, por iniciativa de la Association Internationale du Film d’Animation (ASIFA), esta efeméride se celebra en más de 50 países. Profesionales, estudiantes y aficionados se reúnen para compartir cortos, participar en talleres, asistir a charlas y reflexionar sobre el impacto cultural de la animación.

Más que entretenimiento: una herramienta poderosa

La animación no solo entretiene. También educa, denuncia, emociona y transforma. Películas como Mulán, Frozen y cientos de producciones independientes han demostrado que los personajes animados pueden representar realidades complejas, romper estereotipos y abrir diálogos sobre temas sociales, políticos y emocionales.

Un arte que sigue creciendo

Hoy, la animación se encuentra en constante expansión. Con avances tecnológicos como la animación 3D, el stop motion y la inteligencia artificial, los límites creativos se amplían cada día. Sin embargo, el espíritu sigue siendo el mismo: dar vida a lo inanimado, conectar con el espectador y contar historias que trascienden el tiempo.

Este 28 de octubre, el Día Mundial de la Animación nos recuerda que detrás de cada dibujo hay una chispa de humanidad. Y que, a través del movimiento, seguimos soñando juntos.