Este 28 de octubre, el tatami se convierte en escenario de celebración. Se conmemora el Día Mundial del Judo, una fecha que rinde homenaje a una disciplina que va mucho más allá de las técnicas de combate. El judo es respeto, autocontrol, esfuerzo y comunidad. Y hoy, millones de judocas en todo el mundo se unen para compartir esos valores.

¿Por qué se celebra el 28 de octubre?

La elección de esta fecha no es casual. El 28 de octubre marca el natalicio de Jigoro Kano, el fundador del judo moderno. En 2011, la Federación Internacional de Judo (IJF) instauró esta jornada para difundir los principios que Kano promovía: el desarrollo físico, mental y ético a través de la práctica deportiva.

El judo como herramienta educativa

Aunque nació como un sistema de autodefensa, el judo fue reconocido con el tiempo por su valor educativo. No se trata solo de derribar al oponente, sino de aprender a caer, levantarse y seguir adelante. En palabras de Kano, “el objetivo del judo no es vencer al otro, sino superarse a uno mismo”.

Por eso, en escuelas, clubes y federaciones, el judo se enseña como una forma de vida. Fomenta la disciplina, la humildad y el respeto, pilares que hoy se celebran en cada rincón del planeta.

¿Cómo se vive este día?

Cada año, la IJF propone un lema para la jornada. En 2023, por ejemplo, fue “Trae a un amigo”, una invitación a compartir el judo con nuevos practicantes. Las actividades incluyen clases abiertas, exhibiciones, charlas y encuentros entre generaciones de judocas.

En países como Colombia, Argentina y México, los dojos se llenan de energía y compromiso. Se realizan demostraciones públicas, se entregan reconocimientos y se promueve el judo como herramienta de inclusión social.

Un legado que sigue creciendo

Hoy, el judo es deporte olímpico, practicado por millones de personas en más de 200 países. Su impacto trasciende el ámbito competitivo: ayuda a niños y jóvenes a construir confianza, canalizar emociones y encontrar un propósito.

Este 28 de octubre, el Día Mundial del Judo nos recuerda que el verdadero combate está en el interior. Y que cada caída es una oportunidad para levantarse con más fuerza.