El analfabetismo continúa siendo una de las problemáticas sociales más profundas que enfrenta Colombia, a pesar de los avances en cobertura educativa y acceso a la escolaridad en las últimas décadas. Miles de ciudadanos, especialmente en zonas rurales y apartadas, aún no saben leer ni escribir, una realidad que limita sus oportunidades de desarrollo y profundiza las brechas de desigualdad en el país.

Las cifras reflejan que el analfabetismo afecta con mayor intensidad a poblaciones vulnerables, como adultos mayores, comunidades rurales, indígenas y personas en situación de pobreza. En muchos casos, la falta de acceso a instituciones educativas, la necesidad de trabajar desde edades tempranas y el desplazamiento forzado han sido factores determinantes que impidieron la permanencia en el sistema escolar.

Aunque el Estado ha implementado programas de alfabetización y educación para jóvenes y adultos, los resultados no han sido suficientes para erradicar completamente el problema. La deserción, la baja continuidad de los procesos formativos y la limitada cobertura en regiones apartadas han dificultado un impacto sostenido. Además, el analfabetismo funcional, en el que las personas tienen dificultades para comprender textos básicos o realizar operaciones simples, se ha convertido en un reto adicional.

El analfabetismo no solo afecta el acceso al empleo y a mejores condiciones de vida, sino que también limita la participación ciudadana y el ejercicio pleno de los derechos. Personas que no dominan la lectura y la escritura enfrentan mayores obstáculos para acceder a servicios de salud, información pública y trámites esenciales.

La persistencia del analfabetismo evidencia la necesidad de fortalecer las políticas educativas con un enfoque territorial y social. Reducir esta problemática implica no solo ampliar la cobertura, sino garantizar una educación de calidad, inclusiva y continua. Mientras miles de colombianos sigan excluidos del conocimiento básico, el analfabetismo seguirá siendo una deuda pendiente para el desarrollo y la equidad en Colombia.