Expresarse en cualquier idioma es más que una simple habilidad: es un puente que une culturas y emociones, por eso recientemente desde la app Preply, se hizo una investigación con expertos lingüísticos, en dónde se exploró la relación entre los idiomas y la emoción, encuestando a más de 3 000 personas en todo el mundo, con el propósito de entender, cómo cambia lo que se siente cuando se habla en una lengua diferente a la materna.

Cada idioma activa un conjunto distinto de emociones, casi como si entráramos en diferentes “modos emocionales”. Aprender un nuevo idioma no solo permite comunicarse, sino que cambia la forma de sentir, de pensar y relacionarse, lo que se llama un progreso real.

Un caso vivido de esto es el de la artista española Rosalía, quien lanza su álbum LUX, en 13 lenguas para entender al otro, ella se atrevió con el latín, el siciliano, el ucraniano y hasta el árabe. Y en una reciente entrevista con The New York Times, explicó que su deseo de aprender nuevas lenguas está ligado a su necesidad de comprender mejor al mundo. “A través de entender mejor al otro, quizás puedes entender mejor y puedes amar”, expresó. La artista considera que el idioma puede ser una herramienta para conectar con otras realidades y sensibilidades.

Así, las palabras de Rosalía reflejan lo que muestra la investigación de Preply, expresarse en otro idioma diferente al materno, amplía la conexión y la apertura emocional. Los del estudio revelan cómo la expresión multilingüe transforma, en el caso de   Rosalía se dedicó un año entero solo a trabajar las letras y la fonética de cada idioma y aunque usó traductores digitales para escuchar cómo sonaban sus versos, aclaró que no empleó inteligencia artificial. Todo fue resultado del estudio, práctica, investigación y aprendizaje constante.

Este sondeo, demuestra que cuando se habla el idioma nativo, las emociones más comunes están ligadas a la identidad cultural y al orgullo. Según esto, el 29 % de los encuestados siente comodidad, el 23 % conexión con su cultura y el 20 % orgullo. Lo cual manifiesta que el idioma materno no solo sirve para comunicarnos, también nos hace sentir parte de algo.

Además, la exploración mostro que hablar la lengua original despierta sentimientos de pertenencia en un (18,6 %), seguridad (13,4 %) y afecto (11,9 %), recordándonos lo íntimamente conectado que está el lenguaje con el hogar, las relaciones y la identidad. Ya sea conversando con la familia, reviviendo recuerdos de infancia o compartiendo tradiciones, el idioma materno nos mantiene anclados a las raíces.

Por el contrario, como es el caso de Rosalía con LUX, hablar en otro idioma despierta otro tipo de emociones positivas; según el rastreo un tercio dice que le ayuda a tener la mente más abierta (29,5 %), a sentirse más conectada con los otros (29 %) e, incluso, a sentirse orgullosa de sí misma (27,2 %). Un 28 % dice sentirse más seguro de sí mismo, un 27 % se siente más inteligente y un 19 % más empoderado. Ya sea durante un viaje, en el trabajo o al mudarse al extranjero, estos resultados muestran que aprender idiomas no solo amplía el vocabulario, también transforma la autopercepción, tanto a nivel intelectual como emocional.

Para Yolanda Peso portavoz de Preply, “es importante lo que se ve en esta investigación ya que se puede evidenciar que el idioma que hablamos, puede moldear la forma cómo nos sentimos con nosotros mismos. Por eso artistas como Rosalía, conectan con tantas personas: al cantar en diferentes idiomas, no solo muestran su talento, sino que se abren a distintas emociones y conectan con más culturas a un profundo nivel.”