En la madrugada del pasado domingo, el barrio Cuberos Niño de Cúcuta volvió a ser escenario de un acto violento que sembró el miedo entre sus habitantes. Un habitante de calle fue asesinado de dos disparos en la cabeza por desconocidos mientras se encontraba en la calle 25 con avenida 10, en la parte alta del sector. Este homicidio, que ocurrió alrededor de las 2:30 a.m., generó conmoción y dejó al descubierto la difícil situación de seguridad que aqueja a esta zona de la ciudad.
Por temor a represalias, la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) decidió no desplazarse al lugar durante la madrugada. Fue hasta las 7:00 de la mañana cuando la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho), bajo un fuerte dispositivo de seguridad, acudió al sitio para realizar la inspección técnica y el levantamiento del cadáver. El cuerpo, aún sin identificar, fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, mientras las autoridades avanzan en la investigación.

Esto se sabe del brutal asesinato en Cuberos Niño de Cúcuta
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Según las primeras hipótesis, este homicidio podría estar relacionado con un ajuste de cuentas vinculado al tráfico de drogas en la zona. Las autoridades señalaron que la víctima presuntamente trabajaba como ‘campanero’ en la denominada ‘Olla del Diablo’, una red de microtráfico localizada en el sector conocido como La Tomatera. Este individuo tendría como tarea alertar a los expendedores de cualquier movimiento sospechoso de las autoridades o posibles amenazas.
A pesar de esta versión inicial, los investigadores aún no han determinado de manera concreta los móviles del crimen. Fuentes judiciales confirmaron que se encuentran analizando la información recabada para esclarecer los hechos. Por otro lado, la situación en La Tomatera, reconocida como un fortín del microtráfico, sigue representando un desafío para las autoridades, quienes enfrentan grandes riesgos al intentar ingresar a esta peligrosa área.

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Es evidente que la problemática de seguridad en Cuberos Niño requiere atención prioritaria. La comunidad continúa viviendo con temor, mientras la presencia de estructuras criminales y la falta de intervención eficaz complican la recuperación de la tranquilidad en esta parte de la ciudad. Las autoridades deberán reforzar sus estrategias para combatir estos focos de violencia y devolver la confianza a los habitantes de este sector de Cúcuta.