La creciente demanda de refugios subterráneos revela un aumento en la percepción de inseguridad global, pero expertos advierten sobre su eficacia real. Expertos desmienten la eficacia de los búnkeres privados.
En un contexto global marcado por tensiones geopolíticas y conflictos armados, las ventas de búnkeres nucleares han experimentado un crecimiento significativo. Fabricantes como Atlas Survival Shelters reportan un incremento en pedidos, con precios que oscilan entre $20,000 y varios millones de dólares. Este auge refleja una percepción de inseguridad ante amenazas como ataques nucleares, disturbios civiles y desastres naturales.
¿Una falsa sensación de seguridad?
A pesar de su popularidad, expertos en gestión de emergencias advierten que los búnkeres no ofrecen una protección garantizada contra los efectos de una explosión nuclear. Según la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA), refugiarse en sótanos o edificaciones existentes puede ser igualmente efectivo para evitar la exposición a la lluvia radiactiva.
“La idea de que un búnker garantiza la supervivencia en un ataque nuclear es una falsa seguridad”, señaló un portavoz de FEMA. “Lo importante es educar a la población sobre medidas realistas de protección”.
Factores detrás del auge: Expertos desmienten la eficacia de los búnkeres privados
El incremento en ventas coincide con eventos globales como la invasión rusa a Ucrania, la guerra entre Israel y Hamas y la pandemia de COVID-19. Según Ron Hubbard, director de Atlas Survival Shelters, estos acontecimientos han generado un aumento en la ansiedad colectiva, lo que impulsa a las personas a buscar soluciones extremas para proteger a sus familias.

“La gente prefiere tener un búnker y no necesitarlo, que necesitarlo y no tenerlo”, afirmó Hubbard.
Te puede interesar: ¿Qué hay detrás de los drones cerca de bases militares en EEUU?
Un mercado en expansión, Expertos desmienten la eficacia de los búnkeres privados
Un informe de BlueWeave Consulting estima que el mercado estadounidense de refugios contra bombas y lluvia radiactiva crecerá de $137 millones en 2023 a $175 millones en 2030. Este crecimiento se atribuye a la percepción de amenazas inminentes y al aumento en el gasto militar global, que alcanzó los $9,400 millones el año pasado.
Mientras los fabricantes de búnkeres celebran un auge en ventas, los expertos insisten en que la verdadera solución radica en la prevención de conflictos y la educación sobre medidas de seguridad realistas. La creciente demanda de estos refugios refleja más una sensación de inseguridad que una solución efectiva frente a las amenazas globales.