El cine en Colombia se prepara para vivir una verdadera fiesta popular. El 25 y 26 de septiembre de 2025, las principales cadenas de exhibición del país ofrecerán boletas a un precio casi simbólico: 6 mil pesos. La iniciativa busca incentivar el regreso masivo del público a las salas, tras años en los que la industria ha enfrentado retos por la competencia de las plataformas de streaming y los cambios en los hábitos de consumo cultural.

La llamada Fiesta del Cine es una campaña que ya ha tenido éxito en otros países, como España y México, donde miles de personas llenan los teatros durante varios días consecutivos. Ahora llega a Colombia con la expectativa de repetir esa fórmula: que las familias, los grupos de amigos y los cinéfilos aprovechen la oportunidad para volver a la experiencia colectiva de ver una película en pantalla grande.

El precio de 6 mil pesos resulta especialmente atractivo si se tiene en cuenta que una entrada normal puede costar entre 15 y 25 mil pesos, dependiendo de la ciudad y la sala. Aunque la promoción no incluye formatos especiales como 3D, IMAX o salas VIP, la oferta abarca la cartelera general, lo que significa que el público podrá acceder a estrenos recientes y títulos esperados por una fracción de su valor habitual.

Los organizadores de la iniciativa insisten en que la Fiesta del Cine no es solamente un golpe de mercadeo, sino una estrategia para fortalecer el vínculo emocional con la audiencia. La asistencia a salas en Colombia, que alcanzó picos históricos antes de la pandemia, todavía no se ha recuperado del todo. Según cifras de la industria, en 2019 se vendieron más de 73 millones de boletas, mientras que en 2023 el número apenas superó los 50 millones. El streaming, sumado a la inflación y al encarecimiento de los planes de ocio, ha hecho que el cine pierda terreno frente a otras opciones.

Sin embargo, hay un factor que juega a favor: la experiencia cinematográfica sigue teniendo un valor simbólico muy fuerte. Para muchos, ir al cine no es solo ver una película, sino una salida social, un espacio de encuentro y hasta una especie de ritual. Esa es la nostalgia que la Fiesta del Cine busca reactivar. Además, con el regreso de grandes producciones a la cartelera —como Batman Azteca: Choque de Imperios o la esperada adaptación animada de Kimetsu no Yaiba: La Fortaleza Infinita— el evento se presenta como la ocasión perfecta para disfrutar de estrenos que piden a gritos una pantalla gigante y sonido envolvente.

El impacto económico también es significativo. Una jornada de salas llenas puede generar ingresos importantes para la industria y darle oxígeno a un sector que involucra no solo a las cadenas de cine, sino también a productores nacionales, distribuidores y trabajadores de base. No es descabellado pensar que, si la Fiesta del Cine en Colombia logra convocar a millones de espectadores, podría convertirse en una cita anual, como ya ocurre en otros países.

La respuesta en redes sociales ha sido inmediata: hashtags como #FiestaDelCine y #CinePor6Mil ya circulan entre los usuarios, muchos de los cuales recuerdan la última vez que pudieron comprar una boleta a un precio tan bajo. Incluso se han formado debates entre quienes celebran la medida como un “regreso del cine a la gente” y quienes critican que el descuento solo dure dos días y no represente una solución estructural al costo del entretenimiento cultural en Colombia.

Más allá de la polémica, lo cierto es que la Fiesta del Cine promete ser un respiro de alegría colectiva. Será un recordatorio de que, pese a la irrupción de los algoritmos y la comodidad de las pantallas caseras, todavía hay algo especial en sentarse en la oscuridad de una sala, compartir risas, sustos o lágrimas con desconocidos y dejarse llevar por el poder de una buena historia.

El 25 y 26 de septiembre, las salas del país se vestirán de fiesta. Y, al menos por un par de días, el cine volverá a ser accesible para todos.