En un hecho histórico para el proceso de paz en Colombia, el Gobierno Nacional y la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano (CNEB) realizaron en Puerto Asís, Putumayo, la destrucción de 14 toneladas de material de guerra, como parte de los compromisos alcanzados tras más de un año de negociaciones. Este acto simbólico y concreto se enmarca dentro del Acuerdo Nº 12, referido a la verificación y destrucción de armas, y representa un paso clave hacia la consolidación de la política de “Paz Total” del presidente Gustavo Petro.
La ceremonia estuvo encabezada por el propio mandatario y el alto comisionado para la Paz, Otty Patiño, junto a autoridades locales, líderes sociales, representantes internacionales y garantes del proceso. Según la Consejería Comisionada para la Paz, la entrega significa una “acción concreta de protección de la vida digna” en territorios que han sufrido durante décadas la violencia armada y el conflicto derivado del narcotráfico.
Uno de los momentos más simbólicos de la jornada fue la entrega de la llamada “panela de la paz”, un bloque de panela que representa el compromiso de la CNEB con la sustitución de cultivos ilícitos por caña de azúcar en los departamentos de Putumayo y Nariño. El grupo armado se comprometió a sustituir más de 30.000 hectáreas de coca, apostándole a economías legales y sostenibles. El presidente Petro destacó este gesto como una muestra de reconciliación y desarrollo alternativo: “La panela de la paz demuestra que en los territorios más golpeados por la guerra también puede florecer la esperanza”, afirmó el mandatario a través de sus redes sociales.
Más allá del desarme y la sustitución de cultivos, este acuerdo incluye compromisos humanitarios fundamentales por parte de la CNEB, entre ellos: la no vinculación de menores de edad a sus filas, la prohibición del uso de minas antipersona, el inicio de labores de desminado humanitario y la suspensión de acciones ofensivas contra la fuerza pública, líderes sociales y firmantes del Acuerdo de Paz de 2016. Estas medidas buscan generar confianza en las comunidades y avanzar en la construcción de paz con garantías de seguridad.
Como parte del proceso de transición, se prevé que alrededor de 120 integrantes de la CNEB en Nariño y Putumayo ingresen a Zonas de Ubicación Temporal y Capacitación, espacios donde iniciarán su tránsito hacia la legalidad y la reincorporación social. El proceso ha contado con el acompañamiento y verificación de países garantes como Noruega, Suiza, Países Bajos y Venezuela, además de la presencia de la Misión de Naciones Unidas en Colombia y la Conferencia Episcopal. Monseñor Henao, delegado de la Iglesia, ha tenido un rol clave como mediador y acompañante en estas negociaciones.
Con esta entrega de material de guerra y la puesta en marcha de compromisos productivos como la “panela de la paz”, el Gobierno busca enviar un mensaje claro de que la reconciliación es posible en los territorios más afectados por la violencia. Este paso no solo simboliza el abandono de las armas, sino también la construcción de alternativas económicas legales y sostenibles para las comunidades, avanzando en el camino de una paz estable y duradera.
