Robert Francis Prevost, elegido como el papa número 267 de la historia, sorprendió al mundo no solo por su cercanía pastoral, sino también por su amor al tenis.
Bogotá, 8 de mayo de 2025 – El Vaticano vivió una jornada histórica con la elección del cardenal Robert Francis Prevost como el nuevo pontífice, quien asumió el nombre de León XIV, en sucesión del papa Francisco. Sin embargo, más allá de su perfil teológico y su trayectoria en América Latina, llamó la atención una faceta poco conocida del nuevo papa: su pasión por el tenis.
Prevost, de 69 años, nacido en Chicago y con raíces franco-españolas, ha sido un entusiasta del deporte blanco durante años. En una entrevista con el portal de los agustinos en 2023, reconocía: “Me considero un tenista aficionado. Desde que salí de Perú he tenido pocas ocasiones de practicarlo, así que tengo muchas ganas de volver a la pista.”
León XIV: fe, misión y raquetas
Antes de llegar al papado, Prevost fue obispo en Chiclayo, Perú, donde se destacó por su cercanía con las comunidades locales. Posteriormente, como prefecto del Dicasterio para los Obispos en el Vaticano, asumió uno de los cargos más influyentes en la Iglesia. A pesar de sus ocupaciones, nunca ocultó su afición por el tenis: “Mi nuevo trabajo no me ha dejado mucho tiempo libre para ello, pero espero retomar”, dijo entonces con humor.
Hoy, como sumo pontífice, esa posibilidad parece aún más remota. No obstante, su interés por el deporte revela un espíritu accesible, sencillo y humano que ya lo perfila como un papa cercano y renovador.
Un nuevo pontificado con visión social y deportiva
La elección del nombre León XIV evoca un guiño a León XIII, autor de la encíclica Rerum Novarum, texto clave en la doctrina social de la Iglesia. Con ello, León XIV parece marcar una continuidad con la línea pastoral de Francisco, combinando profundidad teológica con una vocación por el diálogo, la justicia social… y, curiosamente, también por los deportes.