Jaime Goyes Andrade

“Cierto día un perro, ya viejo, salió a cazar mariposas. Después de un rato de estar en ello, se dio cuenta de que se había perdido. Dio vueltas y vueltas tratando de hallar el camino pero no lo encontró.

De repente, vio que un joven leopardo corría en su dirección con la visible intención de pegarse un buen almuerzo. El viejo perro se dijo: ¡Oh. Ahora sí que estoy perdido!

Viendo alrededor suyo algunos huesos, se puso rápidamente a roerlos, dando la espalda al leopardo que se aproximaba cada vez más.

Cuando éste estaba a punto de abalanzarse sobre él, el viejo perro exclamó en voz alta:

‘Bien, este leopardo estaba realmente delicioso. Me pregunto si habrá otros por aquí’.

Al escuchar eso, el leopardo interrumpió su ataque, miró al perro con miedo y sigilosamente huyó espantado.

Mientras tanto, un mono, que había presenciado toda la escena, se dijo que podía utilizar la situación, negociando con el leopardo lo que sabía, a cambio de protección.

Por lo tanto, partió a alcanzarlo, pero el perro cuando lo vio correr a toda velocidad detrás del leopardo, se dio cuenta que algo iban a tramar.

El mono alcanzó al leopardo y le contó todo lo que sabía, pidiéndole que, a cambio de tan interesante dato, lo protegiera. El joven leopardo se enfureció y le dijo al mono: Ven aquí, monta en mi lomo y vas a ver lo que le va a ocurrir a ese viejo inútil.

El perro viejo vio al leopardo que se acercaba a toda velocidad con el mono montado en sus espaldas y se inquietó de verdad: ¿Y ahora qué hago?

Pero en vez de huir, se sentó de nuevo de espaldas a sus agresores haciendo una vez más como sí no los hubiera visto y en el momento en que se aproximaron lo suficiente como para oírlo dijo:

¿Dónde estará el mono ese? Hace una hora que lo envié a buscarme otro leopardo y hasta ahora no ha vuelto.

Moraleja: No hay que desestimar a los viejos. La edad y la sabiduría que se adquieren en la vida siempre triunfan ante la juventud y la fuerza”

Esta fabulosa historia la leí en internet (desconozco a su autor) y me pareció que tiene una bonita enseñanza, digna de compartir con los lectores.

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