William Diaz
octubre 11, 2024 | 11:18 am
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África es la región con la mayor proporción de población afectada por el hambre, con un 20,4%, en comparación con el 6,2% en América Latina y el Caribe, el 8,1% en Asia y el 7,3% en Oceanía, según un informe de las Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
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Hay que tener en cuenta que entre los aspectos que presionan la producción agrícola, dificultando el acceso de muchas personas a una alimentación saludable están los conflictos, la variabilidad del clima, los fenómenos climáticos extremos, y las desaceleraciones o recesiones económicas.
Lo anterior, sumado al aumento de la población mundial que se espera alcance los 10 mil millones para 20250, ejerce más presiones en los recursos alimentarios.
En ese sentido, temas como la bioingeniería se posicionan como una solución clave para garantizar la seguridad alimentaria de manera accesible, sostenible y eficiente. El uso de tecnologías avanzadas permitirá no solo aumentar el rendimiento de los cultivos, sino también mejorar su valor nutricional.
Alimentación y tecnología
Sobre el tema, Sandra Hurtado, Chief of science (COS) de Bifidice, explicó que “la agricultura intensiva debe evolucionar hacia modelos más sostenibles. Aquí es donde la bioingeniería juega un papel fundamental, ya que innovaciones como la edición genética permiten crear cultivos resistentes a condiciones climáticas extremas, evitando así la expansión indiscriminada de tierras de cultivo”.
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Además, estas técnicas avanzadas de modificación genética mejoran el contenido nutricional de los alimentos, contribuyendo a una producción más responsable y saludable.
Igualmente, uno de los avances más prometedores en bioingeniería es el estudio del microbioma, tanto en el ser humano como en el suelo. Un microbioma intestinal saludable, reforzado por alimentos probióticos y prebióticos, contribuye a una mejor digestión, absorción de nutrientes y regulación del sistema inmunológico, lo que puede reducir el riesgo de enfermedades crónicas y combatir la obesidad, que amenaza con afectar al 50% de la población adulta en 2050.
Por otra parte, la bioingeniería del microbioma del suelo mejora la fertilidad del mismo de forma sostenible, reduciendo el uso de fertilizantes químicos y favoreciendo cultivos más saludables.
Se estima que, si esta proyección se cumple, hasta 1.200 millones de personas podrían dejar de pasar hambre, según un informe de la FAO. Esto se debe a que una mayor eficiencia en la producción alimentaria no solo disminuiría la pobreza alimentaria, sino que también ayudaría a reducir el impacto ambiental de la agricultura, contribuyendo a la sostenibilidad del sistema alimentario global.
Según la experta, “la incorporación de la bioingeniería en la producción alimentaria no solo tiene el potencial de mejorar la disponibilidad y calidad de los alimentos, sino que también podría ser un paso clave hacia la erradicación del hambre y la promoción de una alimentación más saludable y sostenible en el futuro”.
A medida que se avance en la incorporación de alimentos derivados de la bioingeniería, se fomentará una cultura de sostenibilidad que beneficiará a las futuras generaciones y promoverá una mejora en la salud pública al mejorar la calidad nutricional de los alimentos que se consumen.
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