La ya volátil relación entre India y Pakistán, dos potencias nucleares, ha entrado en una fase de extrema tensión después de que el ministro de Información paquistaní, Attaullah Tarar, alertara sobre la existencia de «inteligencia creíble» de un inminente ataque militar por parte de India. Islamabad teme que Nueva Delhi utilice como pretexto el reciente atentado que cobró la vida de 26 personas en Pahalgam, en la Cachemira administrada por India, para lanzar una ofensiva en las próximas 24 a 36 horas. Tarar advirtió que cualquier acto de agresión recibirá una respuesta «decisiva» y que India será «plenamente responsable de las graves consecuencias en la región». Preocupación internacional Estados Unidos, a través de su portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, anunció que el secretario de Estado, Marco Rubio, contactará a sus homólogos indio y paquistaní para instar a la moderación y evitar una escalada. Washington ha expresado su preocupación después de que el primer ministro indio, Narendra Modi, autorizara a sus fuerzas armadas a preparar una posible operación de represalia, definiendo objetivos y el momento de la respuesta al atentado. También el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ha intervenido para intentar rebajar la tensión. Guterres mantuvo conversaciones telefónicas separadas con el primer ministro paquistaní, Shehbaz Sharif, y el ministro de Asuntos Exteriores indio, Subrahmanyam Jaishankar, expresando su profunda preocupación por el incremento de la hostilidad y la necesidad de evitar una confrontación con «consecuencias trágicas». Guterres ofreció los buenos oficios de la ONU para facilitar la desescalada y reiteró su condena al atentado de Pahalgam, instando a ambas partes a actuar con «máxima responsabilidad». Sharif, en su diálogo con Guterres, pidió a la ONU que aconsejara a India moderación, asegurando que Pakistán defenderá su soberanía «con todas sus fuerzas» ante cualquier agresión. La tensión sobre el terreno también se ha intensificado desde el atentado, con reportes de tiroteos esporádicos entre soldados indios y paquistaníes a lo largo de la Línea de Control que divide Cachemira. Además, las relaciones diplomáticas se han deteriorado significativamente, con la retirada de visas, el cierre de pasos fronterizos y la reducción de la representación diplomática por parte de India, a lo que Pakistán respondió con medidas recíprocas. La región de Cachemira, históricamente un punto álgido de conflicto entre ambas potencias nucleares desde su independencia en 1947, se encuentra nuevamente al borde de una confrontación de imprevisibles consecuencias.