Colombia, reconocida mundialmente como tierra cafetera, alcanzó en el último año cafetero (octubre 2024 – septiembre 2025) su mayor producción en tres décadas, con 14,8 millones de sacos de 60 kilos, lo que representa un crecimiento del 17 % frente al periodo anterior, equivalente a más de dos millones de sacos adicionales.
Este logro no es solo un récord productivo, sino también un impulso económico y social para el país. La Federación Nacional de Cafeteros (FNC) destacó que la cifra reafirma la confiabilidad y prestigio del café colombiano en el mercado mundial. Al mismo tiempo, las exportaciones crecieron un 12 %, lo que significó 1,4 millones de sacos adicionales enviados al exterior, y el consumo interno aumentó un 3 %, reflejando que los colombianos también se suman a este auge. En términos económicos, el valor de la cosecha alcanzó $24 billones de pesos, una marca histórica.
El éxito se debe a varios factores combinados:
- Renovación de cafetales y mejores prácticas agrícolas, acompañadas de fertilización más técnica.
- Condiciones climáticas favorables, que potenciaron el rendimiento de los cultivos.
- Asistencia técnica de la FNC, que permitió una respuesta eficaz de los productores.
- Un contexto internacional que también abrió oportunidades, como la imposición de aranceles al café brasileño, lo cual benefició a Colombia en el mercado global.
Además, el sector cafetero aportó al PIB agrícola, con un crecimiento del 6,4 % en el primer semestre de 2025, superando a otros rubros que tuvieron un comportamiento más moderado.
Sin embargo, los analistas advierten que el futuro presenta riesgos y retos. Entre ellos:
- La posible triangulación de café brasileño hacia Colombia, que podría distorsionar el mercado.
- La incertidumbre de los precios internacionales, que dependen de múltiples factores, desde inventarios globales hasta políticas arancelarias.
- Las previsiones de la FNC sobre una posible reducción de producción en el ciclo 2025/26, debido a la respuesta fisiológica de los cafetos tras un año tan productivo y a las lluvias intensas esperadas.
Pese a la cautela frente al futuro, la actual cosecha reafirma que Colombia sigue siendo un actor central en la liga mundial del café. Con este repunte, el país no solo se consolida como productor confiable, sino que también recupera un lugar de liderazgo y orgullo, llevando el grano nacional a un pedestal de reconocimiento internacional.
