El país vivió una nueva jornada de tensión política luego de que el Congreso hundiera la reforma tributaria presentada por el Gobierno Nacional. Tras conocerse la decisión, el presidente Gustavo Petro lanzó una fuerte advertencia al asegurar que los efectos de la medida empezarán a reflejarse de inmediato en el funcionamiento del Estado y en la economía nacional.
De acuerdo con el mandatario, el archivo de la iniciativa representa un golpe para la sostenibilidad fiscal del país, pues, según explicó, el proyecto buscaba garantizar recursos para programas sociales, inversión pública y el cierre de brechas en sectores críticos. Petro afirmó que la negativa del Legislativo obedeció más a intereses políticos que a un análisis técnico de la propuesta.
“Las consecuencias comienzan hoy”
El presidente insistió en que la falta de una reforma tributaria obliga al Gobierno a operar con un presupuesto limitado, lo que podría traducirse en dificultades para financiar subsidios, obras de infraestructura y compromisos adquiridos con diversas poblaciones vulnerables.
Petro advirtió que, sin los ingresos proyectados, el país enfrentaría restricciones fiscales que podrían afectar directamente a los sectores sociales más necesitados. “Si la crisis no la pagan los ricos, la pagarán los pobres”, señaló, enfatizando que su proyecto buscaba un esquema más progresivo.
Reacciones encontradas en el escenario político
Mientras el Gobierno denunció un bloqueo político que, a su juicio, perjudica al país, diferentes sectores de la oposición celebraron el hundimiento de la iniciativa. Para estos últimos, la reforma aumentaba la carga tributaria y generaba incertidumbre económica en un momento de desaceleración.
Analistas económicos han señalado que la caída del proyecto abre un periodo de incertidumbre sobre el manejo fiscal del próximo año, especialmente en un contexto de mayor gasto social y presiones inflacionarias.
Un panorama incierto para el 2026
Con la reforma archivada, el Gobierno queda ahora frente al reto de replantear sus planes de financiamiento o presentar una nueva propuesta que logre consenso en el Congreso. Entretanto, el equipo económico deberá ajustar sus proyecciones para enfrentar los meses venideros.
Por ahora, lo único claro es que el hundimiento de la reforma tributaria marcará un nuevo capítulo en la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo, una relación que continúa siendo determinante para el rumbo económico y político del país.

