LO MATARONLO MATARON

La tranquilidad de la noche del sábado santo se quebró abruptamente en Campoalegre, Huila, cuando un hecho violento manchó de sangre la celebración religiosa. Pedro López, un hombre conocido en su comunidad por su espíritu trabajador y tranquilo, fue asesinado por delincuentes que intentaban robarle su motocicleta.

Según las versiones preliminares, Pedro fue interceptado por sujetos armados en inmediaciones del sector de Fedearroz. Al parecer, la víctima se resistió al atraco y, como respuesta, recibió un disparo en la cabeza que acabó con su vida en cuestión de segundos. Los agresores huyeron del lugar dejando atrás una escena dolorosa y una comunidad en medio del desconcierto.

Una moto que valía una vida

La motocicleta de Pedro no era solo un vehículo, era su herramienta de trabajo, su medio de transporte, su patrimonio. Como muchos en Campoalegre, dependía de ella para movilizarse y cumplir con sus labores diarias. El intento de hurto no solo le arrebató un bien material, sino la vida misma.

Este tipo de robos se ha vuelto cada vez más frecuente en diferentes sectores del municipio. Lo que antes parecía un caso aislado, hoy ya forma parte de un patrón preocupante. Las bandas criminales han encontrado en la motocicleta un botín fácil, mientras los ciudadanos viven con el temor constante de ser las próximas víctimas.

Entre el dolor y la impotencia

La muerte de Pedro ha causado una ola de indignación entre los habitantes del municipio. En redes sociales, en la plaza del pueblo y en cada esquina se repite el mismo clamor: justicia y seguridad. La comunidad campoalegruna ya no solo está preocupada, está atemorizada. La violencia se ha vuelto tan común que muchos aseguran que salir después de cierta hora es un riesgo.

“Era una persona buena, humilde, de trabajo. No se metía con nadie. Y mire, lo mataron como si nada, por una moto”, expresó una vecina del sector que conocía a Pedro desde hace años.

Exigen acciones inmediatas

Ante este crimen, la comunidad exige presencia efectiva de las autoridades. Piden patrullajes constantes, operativos de control, cámaras de seguridad y, sobre todo, resultados en las investigaciones. No quieren promesas, quieren capturas, justicia y garantías reales para su tranquilidad.

Hasta el momento, las autoridades no han entregado detalles oficiales sobre los responsables del crimen, pero se sabe que el caso ya está en manos de la Fiscalía y la Policía Judicial. Los familiares de Pedro, entre el dolor y la rabia, solo esperan que este crimen no quede impune.