¿Qué prefieres, conocer a una gran cantidad de gente nueva o pasar el tiempo con un pequeño círculo de amigos cercanos? Podrías pensar que la respuesta depende de si tu naturaleza es más extrovertida o introvertida. Pero hay otro factor que, aunque poco conocido, moldea nuestras preferencias sociales: la edad.

La amistad beneficia a las personas de todas las edades, y mejora nuestra salud y expectativa de vida, señalan una gran cantidad de estudios al respecto. Más tarde en la vida, las amistades pueden ser una fuente especialmente importante de felicidad y satisfacción. Las interacciones frecuentes con amigos cercanos pueden aumentar la felicidad en la vejez mucho más que con la familia cercana.
Un simple explicación de eso es que las amistades pueden ser más divertidas y menos tensas y tirantes que otras relaciones. Según un estudio entre estadounidenses mayores de 65 años, los encuentros con amigos resultaron más placenteros que aquellos con miembros de la familia. Estos resultados contrastan con investigaciones más antiguas que se enfocan más en la familia cercana como la fuente de apoyo clave para los adultos que envejecen.
Comparadas a la gente joven, hay, sin embargo, una diferencia importante en cómo las personas mayores escogen y mantienen sus amistades. Mientras que los jóvenes tienden a buscar activamente nuevos contactos, las personas mayores deliberadamente achican sus redes sociales, afirma Katherine Fiori, profesora de Psicología de la Universidad Adelphi, en Nueva York.
Expandir vs reducir el círculo de amistades
Los investigadores han encontrado que como parte de ese proceso de reducción, los adultos mayores incluso eliminan de sus redes sociales a sus conocidos menos cercanos. Esto incrementa la llamada «densidad emocional» de su círculo social, lo que significa que se esfuerzan por crear un grupo más pequeño y más íntimo.
Los adultos mayores también tienen a ser más indulgentes y positivos con esos contactos seleccionados, a medida que tratan de sacarle más sabor a la vida y al tiempo que les queda juntos, sugieren los estudios.
Este enfoque en la alegría armoniza con otros descubrimientos sobre el papel del optimismo en la edad avanzada. Por ejemplo, comparados con adultos más jóvenes, los adultos más viejos generalmente tienen una actitud más positiva, y se enfocan en los eventos y recuerdos más positivos; un fenómeno conocido como el «efecto de positividad».
No obstante, no tienes necesariamente que ser viejo para experimentar este efecto de enfocarte en relaciones más íntimas, alegres y positivas. Cuando a las personas jóvenes se les insta a pensar sobre la fragilidad de la vida, y el tiempo limitado que tienen en la Tierra, también cambian sus metas sociales de una estrategia más expansiva a una más enfocada, según un estudio de 2016.
Acogiendo nuevas amistades
Pero aún cuando una persona cultiva esos lazos estrechos, también es buena idea mantenerse abierto a nuevas amistades, consideran los investigadores. Fiori y sus colegas han descubierto que el reducir demasiado tu red no es necesariamente saludable. Tal vez sorpresivamente, Fiori dice que no hay evidencia que indique que enfocarse exclusivamente en lazos estrechos sea beneficioso para la salud mental o física, a cualquier edad.
«Las amistades son muy beneficiosas para el bienestar de las personas a lo largo del trayecto de sus vidas, y en parte se debe a que las relaciones diferentes juegan papeles diferentes», apunta. «Nuestros lazos más estrechos tienden a ser los que nos brindan apoyo social, apoyo emocional, apoyo fundamental; pero hay otras funciones que logramos de nuestras relaciones que tienden a ser igualmente importantes, si no más importantes, pero frecuentemente nos llegan de diferentes tipos de lazos».
