Decenas de ciudadanos del municipio de Sandoná, departamento de Nariño, han denunciado la caída de lo que califican como un esquema de “pirámide financiera” operado por la empresa identificada como BMG Colombia. Según los afectados, la firma prometía rendimientos diarios a quienes efectuaban depósitos o cumplían tareas como ver videos musicales, pero repentinamente dejó de responder, generando confusión, pérdidas económicas y una movilización de víctimas ante la sede local de la compañía.
Sin embargo, al momento de escribir este artículo, la oferta exacta de BMG Colombia, su constitución legal, su supervisión regulatoria y la magnitud real de los perjuicios siguen sin estar plenamente documentadas, lo que abre interrogantes tanto sobre su naturaleza jurídica como sobre el papel de las autoridades locales y nacionales.
Qué se sabe hasta ahora
A partir de testimonios, inspecciones informales y redes sociales, se puede reconstruir lo siguiente:
- La empresa BMG Colombia habría operado una sede o punto de atención en Sandoná, en la que muchos inversionistas locales comenzaron a concurrir para depositar dinero.
- Según los reclamantes, el modelo de negocio consistía en dos líneas: (a) realizar un depósito económico a cambio de una “ganancia diaria” las fuentes no precisan monto ni plazo exacto, (b) cumplir con tareas como ver videos musicales (como si se tratase de “inversiones” vinculadas a plataformas de contenidos).
- Tras la emergencia de la crisis, decenas de personas se dirigieron al sitio físico indicado como la sede de la entidad, donde, en medio de la confusión, varios testigos afirman que se llevaron electrodomésticos, equipos de oficina y otros bienes, aparentemente pertenecientes a la entidad, en tanto los inversionistas reclamaban sus aportes.
- No hay hasta ahora un pronunciamiento público de la empresa BMG Colombia ni de la Superintendencia de Sociedades, la Superintendencia Financiera de Colombia u otro organismo estatal con competencias específicas sobre captación de dinero del público.
Dadas las descripciones y los elementos reunidos, se pueden identificar varias características típicas de lo que la doctrina y la jurisprudencia colombiana definen como estafa piramidal o captación ilegal de dinero del público:
- Promesa de rentabilidad elevada y “ganancia diaria”: Es una bandera roja cuando una entidad promete retornos diarios o muy rápidos sin sustento claro en producto o actividad comercial real.
- Tarea de visualización o cumplimiento de vídeos musicales como condición para obtener el rendimiento: Este tipo de mecanismo sugiere que la ganancia proviene de otras aportaciones y no de una actividad productiva sostenible.
- Presencia física de una “sede” que da sensación de legitimidad local: Muchos esquemas fraudulentos buscan presencia local para generar confianza.
- Ausencia de información pública sobre supervisión u autorización: Si una entidad capta recursos del público o promete rendimientos, debe estar sometida a regulación. En Colombia, la Ley 1700 de 2013 y el Decreto 24 de 2016 establecen que las actividades de venta directa multinivel y captación de dinero deben cumplir ciertos requisitos.
- Tensión entre nuevas “modas” de negocio y regulaciones existentes: En Colombia se ha documentado que esquemas piramidales siguen activos bajo disfraces de modelos de mercadeo en red o plataformas de inversión digital.
Si uno aplica este marco al caso de BMG Colombia en Sandoná, la hipótesis de que se trate de una captadora ilegal de dinero o de un esquema piramidal merece ser seriamente investigada.
Las autoridades deben identificar legal la empresa: ¿Cuál es la razón social de “BMG Colombia”? ¿Está registrada ante la Cámara de Comercio? ¿Tiene autorización para captar dinero del público?
Quiénes están detrás: ¿Quién(es) son los socios, directivos, representantes legales? ¿Dónde tienen domicilio fiscal?
Modelo de negocio concreto: ¿Qué producto o servicio genera realmente el rendimiento prometido? Ver vídeos musicales no constituye por sí solo un modelo sostenible de negocio. ¿Cuántos afiliados había y cuántos hicieron depósitos?
Supervisión regulatoria: ¿Alguna autoridad local (por ejemplo la Inspección de Policía, Secretaría de Gobierno municipal o Secretaría de Hacienda de Nariño) o nacional ha iniciado investigación formal? ¿Alguien ha presentado denuncia ante la Superintendencia de Sociedades o Financiera?
No es la primera vez que en el departamento de Nariño o en municipios como Sandoná afloran esquemas de captación ilegal de dinero. La región ha sido escenario de fenómenos similares en décadas anteriores. Por ejemplo, el escándalo de las “pirámides” en Colombia en 2008 afectó intensamente a departamentos del sur como Nariño. Esto da pie a reflexionar sobre factores estructurales:
Para los ciudadanos que hicieron depósitos, las consecuencias pueden ser dramáticas: pérdida de ahorros, endeudamiento, estrés financiero, daño reputacional si lograron vincular conocidos al esquema. Para el municipio de Sandoná, estos hechos pueden generar desconfianza hacia nuevas iniciativas de inversión, afectación en la economía local y un reto para las autoridades locales en garantizar protección al consumidor.
Además, la acción de los usuarios de llevarse bienes de la sede (según testimonios) abre un riesgo de desorden público, posibles conflictos entre los afectados y los dueños de la entidad, y una eventual pérdida de bienes que podrían servir para la restitución.
Que BMG Colombia operaba sin la autorización necesaria para captar dinero del público, lo que la ubica legalmente como entidad de captación ilegal.
Cabe señalar que aunque los elementos apuntan con fuerza al carácter de pirámide o captadora ilegal de esta entidad, no todos los esquemas de mercadeo en red o multinivel son ilícitos la diferencia clave está en la existencia de un producto real, la sustentación económica tangible y la supervisión regulatoria. Por ello, conviene que la comunidad reciba educación financiera para reconocer señales de alerta: promesas de ganancias sin explicación, presión por ingresar rápido, ausencia de producto comercial vendible, etc.
En el caso de Sandoná, la participación de un municipio de Nariño una zona que ya ha sido foco de captaciones ilegales históricas incrementa el riesgo social: la pérdida de confianza, el daño colectivo, la posible movilización de los demás depositantes en incautaciones de bienes, etc.
Finalmente, desde la perspectiva institucional, el caso de BMG Colombia exige a las autoridades locales y nacionales actuar con celeridad —la demora en pronunciarse genera impunidad, mayores daños, y desincentiva la denuncia.
El desplome del negocio de BMG Colombia en Sandoná configura un caso paradigmático de lo que podría ser una captadora o esquema piramidal en una zona vulnerable, con todas las señales de alarma presentes pero con una documentación pública aún incompleta. Para convertirlo en un acto de justicia y prevención no sólo de reparación es esencial que se ejerza una investigación rigurosa, se acompañen a las víctimas y se fortalezca la regulación y supervisión local.
Invito a las autoridades de Nariño, los entes reguladores y los medios de comunicación regionales a tomar cartas en el asunto, y a la comunidad de Sandoná a mantenerse alerta frente a promesas de inversión fáciles. El costo de la inacción podría ser mucho mayor que la inversión original.
