Una ola de temor se ha extendido por varios sectores de Ciudad Bolívar, en el sur de Bogotá, luego de que comenzaran a circular en las últimas horas panfletos con amenazas firmadas supuestamente por el grupo guerrillero del Ejército de Liberación Nacional (ELN). La denuncia fue hecha por líderes sociales de la zona, quienes aseguran que estos documentos están siendo distribuidos en distintas partes de la localidad, generando alerta entre la comunidad y organizaciones sociales. Denunciante Daimer Quintero, reconocido líder social de Ciudad Bolívar, fue uno de los primeros en denunciar públicamente esta situación. Según indicó, los panfletos incluyen mensajes intimidantes dirigidos a ciertos sectores poblacionales y buscan sembrar miedo en comunidades vulnerables. Los documentos hacen alusión a supuestas “limpiezas sociales” y advierten sobre represalias a quienes colaboren con la fuerza pública o a quienes se señale de estar involucrados en actividades ilícitas. Aunque no se ha confirmado su autenticidad ni el origen real de los mensajes, el impacto psicológico entre los habitantes ha sido inmediato, reviviendo memorias de épocas marcadas por la violencia y el control de grupos armados ilegales en zonas urbanas. Ante esta grave denuncia, las autoridades locales y distritales se pronunciaron asegurando que, hasta el momento, no existe evidencia concreta de presencia activa del ELN en la localidad. Sin embargo, anunciaron que se incrementarán los operativos de vigilancia y se reforzará el trabajo de inteligencia para descartar cualquier riesgo o presencia de estructuras armadas urbanas. Mientras tanto, organizaciones sociales y defensoras de derechos humanos han solicitado garantías para la labor de líderes comunitarios y activistas, quienes históricamente han sido blanco de amenazas y agresiones. También pidieron que se investigue con prontitud la procedencia de los panfletos y se tomen medidas para evitar la propagación de mensajes que atenten contra la paz territorial. Ciudad Bolívar, que ha sido históricamente una localidad golpeada por la desigualdad y la violencia, vuelve a enfrentar un clima de tensión que amenaza con afectar los esfuerzos de reconstrucción del tejido social. Los líderes sociales insisten en la necesidad de una respuesta institucional clara y efectiva que garantice su integridad y la de las comunidades que representan.