La Catedral de Sal de Zipaquirá es uno de los destinos más emblemáticos de Colombia. Esta imponente obra subterránea fue construida en el interior de una mina de sal y combina arquitectura religiosa con arte contemporáneo. Al recorrer sus túneles y capillas iluminadas, los visitantes viven una experiencia espiritual y cultural única.

El Embalse de Tominé, ubicado cerca de los municipios de Guatavita y Sesquilé, es un lugar ideal para quienes disfrutan de los deportes acuáticos, los paseos en bote o simplemente un día de campo con paisajes espectaculares. Sus aguas tranquilas y su entorno natural lo convierten en un refugio perfecto para escapar del bullicio urbano.

En el municipio de Facatativá se encuentra el Parque Arqueológico Piedras del Tunjo, un espacio natural que resguarda pinturas rupestres realizadas por los antiguos muiscas. El parque también ofrece senderos para caminar entre grandes formaciones rocosas y disfrutar de una vista panorámica del altiplano cundiboyacense.

El Parque Nacional Natural Chingaza es un ecosistema de páramo de gran importancia ecológica, hogar de especies como el oso de anteojos y el venado cola blanca. Dentro de esta reserva se encuentran las misteriosas Lagunas de Siecha, que están envueltas en leyendas indígenas y ofrecen senderos para los amantes del ecoturismo y la fotografía.

Finalmente, el Salto del Tequendama, cerca de Soacha, es una majestuosa cascada de más de 150 metros de altura. Su caída de agua, acompañada de la niebla y el sonido del río, crea un paisaje impresionante. Justo al borde del precipicio se encuentra la antigua Casa Museo Tequendama, que ofrece una vista espectacular y una historia fascinante.