En el corazón de Pasto, donde los Andes se encuentran con las melodías del Caribe y el Pacífico, Tromboranga se ha erigido como el epicentro de la cultura salsera afrodescendiente. Más que un bar, es un homenaje a las raíces y la evolución de la música que une a generaciones.
Adquirido en 2018, este icónico espacio ya tenía un concepto sólido, pero fue transformado con una visión audaz que buscaba conectar profundamente con la población afrodescendiente de la región. Inspirados por los ritmos de la timba cubana, la salsa choque y el folclor del Pacífico, los nuevos dueños trazaron un camino innovador, derribando barreras culturales para crear un lugar donde las tradiciones se celebran y evolucionan.
El nombre, Tromboranga, rinde tributo a la orquesta homónima nacida en Barcelona, un grupo que mezcla culturas y estilos con el protagonismo de los trombones. Al igual que su inspiración, el bar se ha convertido en un símbolo de fusión, mezclando la energía de la salsa puertorriqueña, la intensidad de la timba y los latidos del currulao.
En Tromboranga no solo se baila, se siente. Cada noche, el ambiente vibra con una energía única: luces, música y la euforia colectiva crean una experiencia inolvidable. Es un espacio donde las raíces afrodescendientes se reivindican y se fortalecen, uniendo a clientes de todas las procedencias en una celebración de la identidad cultural.
Superar la pandemia fue un reto que solo reafirmó su esencia. Hoy, Tromboranga es más que un bar de salsa; es un santuario cultural que eleva la música del Pacífico, honra su herencia y consolida a Pasto como un destino para los amantes de la salsa y la cultura afro. Aquí, cada noche es un viaje emocional, un baile entre la tradición y la modernidad.
