La comunidad del Distrito Especial de Buenaventura, en el Pacífico colombiano, vuelve a ser golpeada por la tragedia y el dolor, esta vez más allá de sus fronteras. No solo deben enfrentar los constantes episodios de violencia que a diario afectan la tranquilidad de su territorio, sino también ver cómo la inseguridad alcanza a sus hijos incluso en tierras extranjeras. En esta ocasión, la noticia que ha llenado de luto a muchas familias y vecinos es la del asesinato de Gustavo Quiñones, un bonaverense que fue asesinado en circunstancias que aún son objeto de investigación en Santiago de Chile.
Hecho
El caso ha generado consternación tanto en la capital chilena como en Buenaventura. Según los escasos detalles que se han conocido hasta el momento, unidades de la policía fueron alertadas sobre un hecho violento ocurrido en una zona urbana de la ciudad. Al llegar al lugar de los hechos, los uniformados procedieron a acordonar el área, permitiendo que los expertos forenses y criminalísticos realizaran el levantamiento del cuerpo e iniciaran las investigaciones preliminares para esclarecer lo sucedido. Las autoridades aún no han entregado información oficial sobre los posibles móviles del crimen ni sobre los responsables del hecho, lo que ha incrementado la incertidumbre y la preocupación entre quienes conocieron a Gustavo.
Afectación
Personas cercanas a él, tanto en Chile como en la ciudad puerto, aseguran que era un hombre trabajador, humilde y sin conflictos con nadie. “Era alguien que siempre se ganaba la vida honradamente, no tenía problemas con nadie. Por eso no entendemos cómo pudieron hacerle esto”, expresó uno de sus amigos en medio del dolor en redes sociales. Gustavo Quiñones, creció en el barrio El Jardín, ubicado en la comuna 6 y se dedicaba a diversas labores en el muelle turístico. Su objetivo siempre fue llevar el sustento diario a su familia y abrirse camino a pesar de las adversidades que muchas veces enfrenta la juventud bonaverense. En busca de mejores oportunidades, decidió emprender un nuevo rumbo y se trasladó al país austral, con la esperanza de construir un futuro más estable. Como muchos compatriotas que migran impulsados por la necesidad, soñaba con reunir recursos para brindar una mejor calidad de vida a sus seres queridos. Sin embargo, su sueño fue abruptamente interrumpido por la violencia que, en esta ocasión, traspasó las fronteras y acabó con su vida.
Destacado
Hasta el momento se desconoce si su cuerpo será velado en Chile o será trasladado a su tierra natal.
