Tecnología, salud mental, datos y un poco de sentido común

Olvídate de la clásica pregunta “¿qué quieres ser cuando seas grande?”. En estos tiempos, la pregunta real es: ¿qué vas a estudiar para que no te reemplace un algoritmo antes de que termines el primer semestre?

Spoiler: si tu plan es ser cajero o atender teléfonos, ve buscando una segunda opción (o una tercera, si ya sospechas que lo tuyo tampoco es madrugar).

A continuación, te presentamos algunas de las carreras con más proyección en los próximos 10 a 20 años, respaldadas por estudios… y por el hecho de que la humanidad todavía no ha encontrado cómo reemplazar todo con una app (aunque lo intenta).


1. Ciencias de datos e inteligencia artificial

Futuro asegurado, siempre que no te reemplace tu propio modelo

El mundo produce más datos por segundo que chismes en una oficina. Y alguien tiene que entenderlos, limpiarlos, organizarlos y hacer que parezcan una buena idea en PowerPoint.

  • Roles clave: analista de datos, ingeniero de machine learning, científico de IA.
  • Proyección: crecimiento de más del 30% en demanda global para 2030.
  • Picardía: es como leer la mente de una empresa, pero sin las demandas por acoso.

2. Ciberseguridad

Porque alguien tiene que evitar que tu tía le dé clic a ese “premio de Avianca”

A medida que todo se digitaliza, todo también puede ser hackeado: desde una pyme hasta un hospital. Y no, el antivirus gratis no va a salvarnos.

  • Roles clave: analista de seguridad, ethical hacker, especialista en gestión de riesgos.
  • Proyección: se estima un déficit de 3.5 millones de profesionales en el área para 2025.
  • Picardía: es lo más cerca que estarás de ser espía sin tener que usar esmoquin.

3. Salud mental y bienestar emocional

Porque la inteligencia artificial no cura la ansiedad (todavía)

Con la creciente conciencia sobre salud mental, terapeutas, psicólogos y coaches certificados (los de verdad, no los de frases en Instagram) serán cada vez más necesarios.

  • Roles clave: psicólogo clínico, terapeuta en línea, especialista en intervención comunitaria.
  • Proyección: crecimiento del 23% en la próxima década solo en América Latina.
  • Picardía: mientras todo se automatiza, el oído humano sigue siendo tecnología punta.

4. Desarrollo de software y computación cuántica

Los programadores siguen siendo los rockstars de la economía digital

Todo lo que usas —desde apps hasta lavadoras inteligentes— necesita código. Y los que saben escribirlo, lo saben. Y lo cobran.

  • Roles clave: desarrollador full stack, especialista en cloud, científico computacional.
  • Proyección: crecimiento sostenido del 25% en los próximos 10 años.
  • Picardía: puedes ganar en dólares desde tu casa… en piyama y con depresión funcional.

5. Energías renovables y sostenibilidad

Porque el planeta no se va a salvar solo (ni Elon va a llevarnos a todos a Marte)

La transición energética está en marcha, y se necesitan manos (y cerebros) que entiendan de paneles solares, eficiencia energética y políticas verdes.

  • Roles clave: ingeniero ambiental, gestor de sostenibilidad, diseñador de ciudades verdes.
  • Proyección: sectores con mayor inversión pública y privada en los próximos 20 años.
  • Picardía: salvar el mundo con casco y Excel es más sexy de lo que parece.

6. Biotecnología y ciencias de la vida

El futuro también está en lo microscópico… y rentable

Desde vacunas hasta carnes cultivadas en laboratorio, la biotecnología está reescribiendo la medicina, la alimentación y quién sabe qué más.

  • Roles clave: bioingeniero, investigador genético, desarrollador de alimentos funcionales.
  • Proyección: una de las industrias con crecimiento más acelerado post-pandemia.
  • Picardía: jugar a ser dios, pero con batas blancas y publicaciones en Nature.

Conclusión: el futuro no se adivina, se estudia

La buena noticia es que el futuro no está tan lejos ni tan inalcanzable. La mala: no espera a nadie. Las carreras que dominarán el mundo son las que mezclan tecnología con humanidad, datos con empatía, y ciencia con conciencia.

Así que elige bien. Porque en este juego no gana el más brillante, sino el que supo leer la tendencia antes de que fuera moda en LinkedIn.