Llegamos a octubre, el mes que marca el inicio de la recta final del año. Parece increíble lo rápido que han transcurrido estos meses, y de repente nos encontramos aquí, en un tiempo que se viste de color, alegría y dulzura. Octubre es, sin duda, el mes de los niños, ese espacio mágico donde la inocencia, la sonrisa y el juego nos recuerdan que siempre hay motivos para celebrar la vida con ilusión.
Es también un mes que nos invita a compartir. Compartir dulces con los más pequeños, sí, pero también con nuestros compañeros de trabajo, con los amigos de siempre, con la familia que nos acompaña día a día. Porque la dulzura no se trata solo de caramelos, sino de gestos sencillos que fortalecen lazos, que nos recuerdan que juntos hacemos más llevadero el camino.
Octubre tiene ese aire especial que anuncia la llegada de la Navidad. Una sensación de nostalgia y expectativa se mezcla con la certeza de que un nuevo año está a la vuelta de la esquina. Es un mes distinto, un puente que nos conecta con lo que hemos vivido y con lo que está por venir, un momento para detenernos, respirar y valorar todo lo alcanzado.
En estas páginas de Impulso seguimos fieles a nuestro propósito: reconocer y exaltar lo mejor de nuestra tierra. Aquí encontrarán historias de deportistas, cultores y artistas nariñenses que, con talento y pasión, nos llenan de orgullo. Cada edición es una oportunidad para descubrir que en Nariño florece la creatividad y la disciplina, y que nuestra gente nunca deja de sorprendernos con su calidad artística y humana.
Que este octubre sea entonces un mes para disfrutar, para compartir y para recordar que lo más dulce de la vida está en los pequeños detalles.

