El miedo y la consternación volvieron a apoderarse de los habitantes del sur de Nariño tras conocerse el asesinato de un hombre identificado como Eduardo, residente en la vereda Cuaiquer Viejo, quien fue atacado por dos sujetos armados en la vía que comunica a Ricaurte con Ospina Pérez. Este nuevo hecho violento reaviva la preocupación de una comunidad que, día tras día, siente que la inseguridad se apodera de sus caminos rurales.
Según versiones preliminares, el crimen ocurrió hacia el mediodía del martes 14 de octubre, cuando Eduardo se movilizaba en motocicleta por una zona de poco tránsito. Minutos antes del ataque, algunos vecinos aseguran haber visto una motocicleta sospechosa que lo seguía a distancia, pero nadie imaginó que se trataba de un plan criminal.
Huida desesperada
Al percatarse de que era perseguido, el hombre decidió detener su marcha y buscar refugio en un taller de mecánica ubicado al borde de la carretera. Sin embargo, el intento por salvar su vida resultó inútil. En medio de su angustia, intentó escapar por la puerta trasera del establecimiento, pero esta se encontraba asegurada, lo que lo dejó sin salida.
Fue entonces cuando los sicarios ingresaron violentamente al local y le dispararon sin compasión, dejando su cuerpo tendido en el suelo, ante la mirada atónita de los presentes.
Los disparos estremecieron la tranquilidad del lugar y generaron pánico entre quienes presenciaron la escena. “Fue algo terrible, todos corrimos a escondernos, no sabíamos qué estaba pasando”, relató una mujer que prefirió no revelar su identidad por temor a represalias.
Exigen justicia
La víctima, según los habitantes del sector, era un hombre trabajador, respetuoso y querido en su comunidad. “Eduardo no se metía con nadie, era un padre de familia que solo quería salir adelante. No entendemos por qué le hicieron esto”, expresó un vecino entre lágrimas.
Tras el crimen, las autoridades locales y los organismos de investigación realizaron la inspección técnica del cadáver y recolectaron evidencias que ayuden a esclarecer los móviles del asesinato. Aunque no se descartan posibles retaliaciones personales o disputas locales, las causas exactas del ataque permanecen bajo reserva judicial.
Entre tanto, los habitantes de Cuaiquer Viejo y sus alrededores han alzado su voz de indignación, pidiendo una respuesta inmediata frente a la creciente ola de violencia que golpea el municipio. Líderes comunales aseguran que los patrullajes son escasos y que los grupos armados ilegales aprovechan la falta de presencia estatal para imponer su dominio en las veredas.
Profunda herida
“Estamos cansados de que maten a la gente y nadie diga nada. Cada semana escuchamos de un asesinato, y el miedo ya no nos deja vivir tranquilos”, manifestó un líder campesino.
Familiares de la víctima también piden apoyo económico y psicológico, pues Eduardo era el sustento principal del hogar, y su muerte deja una profunda herida no solo emocional sino también material. “Se fue un hombre bueno, y con él se fue la esperanza de toda una familia”, lamentó un allegado.
Mientras tanto, la Policía Nacional aseguró que intensificará los operativos en la zona rural de Ricaurte y que trabaja de la mano con la Fiscalía para capturar a los responsables de este nuevo hecho violento que enluta a Nariño.
