De acuerdo con BBVA Research, la pérdida de bosques en Colombia es una situación insostenible tanto ambiental como económica y socialmente. Según el informe de la entidad “El bosque, palanca de desarrollo sostenible de Colombia”, se realiza una radiografía de este problema, sus causas, sus consecuencias y se plantea una hoja de ruta para buscar una solución y que no se pierdan más hectáreas de capital natural.
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Se estima que Colombia pierde anualmente entre 200.000 y 300.000 hectáreas de cobertura arbórea por la expansión de la agricultura y la ganadería y por actividades ilegales; estas causas se dan con incidencia muy diferenciada entre departamentos y a nivel municipal.
También se encontró que la pérdida de cobertura arbórea presenta una distribución significativamente desigual. Durante el periodo 2001-2023, los departamentos que han registrado una mayor pérdida de cobertura arbórea son Caquetá, Meta, Antioquia, Guaviare y Putumayo, con más del 50% de la pérdida total a nivel nacional. Además, la deforestación se extiende a través de diferentes ecosistemas y regiones del país, desde la Amazonía hasta la región Caribe, lo cual refleja la variedad de causas que la impulsa.
Bosques y economía
Es que dicha situación se ha convertido en un problema crónico para el país, las hectáreas deforestadas se mantienen en niveles altos, no se observan avances significativos en el bienestar de las poblaciones en las zonas de mayor deforestación y la afectación a los ecosistemas y biodiversidad son muy significativos, esto en buena parte por que no existen políticas que aborden la problemática desde sus diferentes aristas.
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Según Reyes, “la principal causa de la pérdida de cubierta forestal en Colombia es la agricultura itinerante, entendida como aquellas actividades agrícolas y ganaderas de pequeña y mediana escala, que bien puede resultar en una pérdida temporal o permanente de la misma. Durante el periodo 2001-2023 la agricultura itinerante representa el 73,4% del total de la pérdida forestal, seguida por la deforestación asociada a materias primas. Finalmente, la pérdida de cobertura arbórea relacionada con la silvicultura, los incendios forestales y la urbanización representa el 3% del total”.
Además, la alta incidencia de la deforestación por agricultura itinerante, puede estar asociada a procesos de colonización de terrenos baldíos a través de cultivos de corta duración o el establecimiento de pasturas para la ganadería extensiva.
En este último caso, se observa un crecimiento sostenido de la ganadería que alcanza ya las 30 millones de cabezas de ganado, y una parte no menor de esta expansión se concentra en los departamentos más afectados por la deforestación. A nivel de cultivos ilícitos se observa alta relación con la deforestación especialmente en los departamentos de Norte de Santander, Nariño y Putumayo, menciona el informe.
Tiene costo
Así mismo, con la deforestación se aumenta el peso de la actividad agrícola y ganadera pero estas actividades no presentan un mayor valor agregado a las regiones con mayor deforestación, pero sí suelen ser las que pueden proporcionar de forma más inmediata un medio de subsistencia a los segmentos más desfavorecidos de la población colombiana.
Además, la deforestación frena el cierre de brechas del PIB per cápita en los municipios, con un impacto mayor donde el ingreso relativo es más bajo.
Según el informe, “si bien se concluye que la deforestación no tiene un efecto estadísticamente significativo en el crecimiento económico per cápita municipal, sin embargo, sí que contribuye estadísticamente a frenar el cierre de las brechas respecto al nivel promedio nacional, especialmente en los municipios con menor renta relativa”.
Según el análisis de BBVA Research, es posible revertir la deforestación si se pone atención a tres aspectos fundamentales sobre el manejo de la tierra. Así, la hoja de ruta pasaría por: en primer lugar, fortalecer el régimen de propiedad y uso de la tierra, sin incentivar actuaciones depredatorias.
En segundo lugar, “es fundamental facilitar una explotación productiva responsable del territorio en riesgo a través de estrategias consistentes con la sostenibilidad medioambiental, al tiempo que se promueve una mayor productividad en las zonas designadas para la explotación económica a través de la provisión de bienes públicos (seguridad, infraestructuras), soluciones logísticas y apoyo financiero a partir de estrategias que involucren al sector privado”, comenta Reyes.
Finalmente, en tercer lugar, se debe avanzar en la internalización económica del valor de los bosques mediante, entre otros, el desarrollo de proyectos que generen créditos de carbono y recompensen la protección de los bosques y por esta vía de la biodiversidad.