La industria textil del departamento del Cauca enfrenta una coyuntura crítica: el encarecimiento de insumos importados, el acceso restringido al crédito y la disminución de la demanda local han reducido la actividad al mínimo en varias fábricas familiares. Empresarios y sindicatos locales reportan que la capacidad productiva ha caído y que muchas microempresas operan por debajo del punto de equilibrio, lo que pone en riesgo empleos históricos en municipios rurales.
Las autoridades departamentales anunciaron mesas de trabajo con gremios para diseñar estímulos fiscales y programas de capacitación que permitan la reconversión productiva y la exportación a nichos de mercado; sin embargo, los líderes del sector advierten que las soluciones requieren inversión inmediata. Analistas regionales recomiendan medidas mixtas: créditos blandos, cadenas de suministro locales y certificación de calidad para que las fábricas caucanas puedan competir por pedidos internacionales.
La situación tiene un fuerte impacto social: hogares que dependen de la nómina textil registran reducción en consumo y acceso a servicios, aumentando la vulnerabilidad en zonas que ya enfrentan déficits de infraestructura y educación. ONG y alcaldías han propuesto programas temporales de empleo y formación técnica para amortiguar la crisis mientras se implementan políticas de largo plazo. El futuro del sector dependerá de la coordinación entre actores públicos, privados y la banca regional.
