En una casa acogedora de Pasto, donde el sol entra con calidez y las risas se mezclan con el murmullo de conversaciones animadas, el tiempo no se detiene: se disfruta. Es el Club Edad Dorada del Adulto Mayor, un refugio donde los años no pesan, sino que se celebran.

Aquí, los abuelos no están solos en una habitación oscura ni olvidados en el rincón de una casa silenciosa. En cambio, levantan una pelota con emoción, redescubren la magia de los colores en un dibujo, encuentran el contorno de un muñeco uniendo puntos y aplauden con alegría cada vez que se encienden las velas de un pastel de cumpleaños. Son pequeñas grandes cosas que les devuelven la ilusión de vivir.

Pero este lugar no solo es un espacio de recreación. Es un centro de cuidado integral donde la atención es cálida y especializada. Enfermería, psicología, fisioterapia y recreación hacen parte de un equipo que entiende que el envejecimiento no debe ser sinónimo de olvido, sino de bienestar. Aquí, un masaje puede aliviar el alma, una sesión de aromaterapia puede despertar recuerdos felices y una charla con amigos de la misma edad puede ser la mejor medicina.

El Club Edad Dorada nos recuerda que nuestros adultos mayores merecen más que un sitio donde pasar el tiempo. Merecen un lugar donde seguir viviendo con dignidad, alegría y compañía. Porque cuidar de ellos no es un acto de caridad, sino de amor.