En un reciente mensaje publicado en la red social X (anteriormente Twitter), Erick Velasco, reconocido líder del Pacto Histórico en Nariño, reafirmó su compromiso con la lucha contra la corrupción y la coherencia entre sus principios y acciones políticas. Velasco denunció que la ejecución de recursos de regalías a través de fondos mixtos, sin apego a las disposiciones de la Ley 80 de 1993, pone en peligro la transparencia, la eficiencia, y los proyectos clave para el desarrollo del departamento.
El mensaje, que parece ser una crítica directa a la administración del actual gobernador de Nariño, Luis Alfonso Escobar, y su manejo de los recursos públicos, tiene un trasfondo político significativo. Velasco señaló que un gobernador elegido con las banderas del cambio no puede gobernar utilizando prácticas asociadas con los gobiernos tradicionales, como el uso de fondos mixtos para la ejecución de proyectos, una estrategia que, según él, perpetúa el continuismo que los votantes de Nariño rechazaron en las urnas.
Un posible distanciamiento político
El mensaje de Velasco no solo pone en entredicho la gestión de Escobar, sino que también sugiere un alejamiento entre ambos actores políticos. Cabe recordar que durante la campaña electoral, Velasco fue visto como un aliado estratégico de Escobar, lo que hacía pensar en una relación de respaldo mutuo en el escenario político regional. Sin embargo, esta publicación marca una línea divisoria que refleja una aparente insatisfacción con el rumbo tomado por el gobierno departamental.
Velasco también insinúa que solicitará a la Procuraduría un análisis detallado sobre las contrataciones y el uso de recursos a través de fondos mixtos, una figura criticada por su opacidad y que, según él, se ha convertido en un mecanismo que compromete la transparencia de las inversiones en el departamento. Específicamente, Velasco establece un paralelismo entre la administración de Escobar y la de su predecesor, John Rojas, sugiriendo una continuidad en prácticas que, en su opinión, están lejos de representar un verdadero cambio.
El trasfondo político de la crítica
La postura de Velasco no solo se lee como un acto de denuncia, sino también como un movimiento estratégico para reforzar su imagen como un político ético y comprometido con la transformación en Nariño. Su declaración podría responder a un esfuerzo por distanciarse de los posibles señalamientos que recaigan sobre la administración actual y reafirmar su posición dentro del Pacto Histórico como un líder que no negocia sus principios.
Por otro lado, el mensaje deja entrever tensiones internas en el movimiento que llevó a Escobar al poder, lo que plantea preguntas sobre la cohesión política en torno al gobierno departamental. Este distanciamiento podría impactar la percepción pública tanto del gobernador como del Pacto Histórico en Nariño, especialmente si las investigaciones solicitadas por Velasco arrojan resultados comprometedores.
Un llamado a la transparencia y la eficiencia
La crítica de Velasco toca un tema sensible en Nariño: el manejo de los recursos de regalías, una fuente crucial para financiar proyectos en un departamento que enfrenta múltiples desafíos sociales y económicos. Al cuestionar el uso de fondos mixtos, Velasco coloca en el centro del debate la necesidad de una administración pública más transparente y eficiente, alineada con las demandas de cambio expresadas por los ciudadanos en las urnas.
Este episodio no solo evidencia el complejo entramado político de Nariño, sino que también subraya el peso de la opinión pública en la definición del rumbo político del departamento. La postura de Velasco podría ser un catalizador para que otros actores políticos y ciudadanos exijan mayor rendición de cuentas al gobierno de Escobar, quien ahora enfrenta el desafío de demostrar que su administración encarna el cambio que prometió.
En conclusión, la publicación de Erick Velasco no es un simple comentario en redes sociales, sino un acto político cargado de implicaciones. Representa un llamado a la coherencia, a la vigilancia ciudadana, y a un cambio real en las prácticas de gobierno en Nariño, mientras establece una distancia clara con el actual gobernador y su gestión. ¿Será este el inicio de un quiebre más profundo dentro del movimiento político regional? Solo el tiempo y las respuestas del gobierno departamental lo dirán.
