Fiscalía de Risaralda, en Caldas, y el Gaula hallaron los restos del sacerdote, Darío Valencia Uribe, desdaparecido desde el 25 del año pasado en Pereira.
Según lo informó RCN Radio fue el propio asesinó y quién está preso en Francia quién confesó que lo matío y dio las coordenadas para que este grupo especial escuentre los restos en la vereda La Cascada.
La exhumación se hizo en Caldas y luego que el asesino diera pistas de dónde lo enterró, los restos ya están en Medicina Legal.
Los restos mortales del Sacerdote, llevados a Cali para cotejará el ADN del padre con las muestras de su madre y hermana.
Caso Darío Valencia: Julián Cifuentes contó la verdad
Los restos deL sacerdote Valencia fueron hallados a las 11:50 de la mañana del viernes 20 de septiembre en la vereda Patio Bonito del municipio de Belalcázar y con la ayuda de un grupo especializado.
Fue el propio asesino, Julián Eduardo Cifuentes, quién está arrestado en Francia y desde allí confensó que lo mató ahora enfrentará la imputación de varios delitos por lo que podría pagar una condena de 30 años.
Cifuentes el día que asesinó al sacerdote transportó el cuerpo del sacerdote en su propia camioneta, tomó la vía La Virginia – Viterbo, gasolina del sector de Acapulco para tanquear.
Luego se fue por una vía alterna que conduce a las veredas de Belalcázar con el fin de evitar el peaje.
Cifuentes llegó a la zona veredal en la camioneta Nissan Frontier gris, con placa GKL 427, la cual estacionó en el costado derecho, bajó el cuerpo del sacerdote y lo lanzó a un abismo de aproximadamente 40 metros de la vía principal.
Después de asesainar al sacerdote se dirigió al municipio de Viterbo y guardó la camioneta en un parqueadero.
A las 2:30 de la tarde del jueves 25 de abril, salió a lavarla y su objetivo era dejarla guardada allí durante un mes.
César Augusto Bolaños, director Seccional de la Fiscalía de Risaralda, se reunió con el obispo de Pereira para darle a conocer de primera mano cómo va la investigación.
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Según entrevista de El Tiempo, Renato Marín, abogado de la víctima reveló que Cifuentes no era un simple tramitador que le ayudaba a vender el carro, sino que ambos eran amigos de hace años.
«Tenían una cercanía como amigos desde hacía muchos años (…)»
Agregó el abogado que entre ellos «existía un alto grado de confianza entre el investigado y el padre Valencia”.
Renato Marín también informó que existían vínculos comerciales entre Valencia y Cifuentes, particularmente negocios relacionados con la compraventa de carros.
«Uno le prestaba plata al otro y, aparentemente, el detonante (de la desaparición y posible asesinato del sacerdote) fue por la compra y venta de un vehículo del padre»
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