Desde el año 2000 se anunció la construcción de la Variante San Francisco – Mocoa, una obra que prometía acabar con los peligros del tristemente célebre “Trampolín de la Muerte”. Fue hasta febrero de 2010 que comenzaron oficialmente las obras, levantando esperanzas en el departamento de Putumayo.
Sin embargo, hoy —casi 16 años después— el panorama es desolador: avances mínimos, sobrecostos millonarios, licitaciones cuestionadas y un constante pedir más recursos, sin que la población vea resultados reales.
Quienes a diario deben enfrentar esta vía lo saben. Aún se exponen a la ruta que ha sido llamada el “cementerio más largo del mundo” por sus innumerables víctimas, un corredor angosto, sin garantías de seguridad y rodeado de abismos que ponen a prueba la vida de cada conductor.
La comunidad exige respuestas, acciones contundentes y una fecha real de finalización. Porque la paciencia —y las vidas en esa carretera— se agotaron hace mucho tiempo.
