Para aquellos que llegan a capacitarse a la universidad, las viviendas universitarias están evolucionando para satisfacer las diferentes necesidades de los estudiantes, facilitando significativamente la transición a esta vida.
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Es que estos espacios ofrecen un entorno que ayuda a los estudiantes a adaptarse a la vida independiente, especialmente aquellos que se mudan lejos de casa.
Sobre el tema, Javier Nieto, gerente general de ULife, aconsejó que “al momento de elegir una vivienda universitaria es importante pensar más allá de las comodidades y los espacios y contemplar aspectos como el acompañamiento emocional durante todo el proceso, así como las experiencias que promuevan habilidades sociales y generen un enriquecimiento cultural”.
Dio el ejemplo de CityU, una ciudadela de residencias universitarias ubicada en el centro de Bogotá, se ofrecen comodidades como salas de estudio abiertas las 24 horas, gimnasios equipados, lavanderías, espacios para la socialización, oferta gastronómica, supermercados y servicios financieros.
Estas comodidades se complementan con actividades culturales, como visitas guiadas a lugares emblemáticos de la ciudad, conciertos y eventos en la plazoleta principal.
Mejor desempeño
Según Nieto, “estudios revelan que los estudiantes que viven en residencias universitarias tienen un mejor desempeño académico en comparación con aquellos que viven fuera del campus, dada su cercanía con la universidad, los ambientes diseñados para un mejor rendimiento y toda la experiencia que se ofrece. Para los operadores de hospitality, lo más importante es la experiencia del estudiante”.
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A nivel regional, México lidera el mercado de operación de viviendas universitarias en Latinoamérica, seguido por Colombia. Este modelo no solo está en crecimiento, sino que se está fortaleciendo rápidamente.
Igualmente, las universidades que aspiran a competir a nivel mundial deben considerar alianzas con operadores de viviendas universitarias, ya que estos espacios se consideran un servicio complementario esencial para la educación de calidad.
Finalmente, las residencias universitarias deben ir más allá de un concepto inmobiliario, ofreciendo un modelo integral de experiencia y bienestar que apoye el desarrollo académico y personal de los estudiantes durante su etapa universitaria.
Para el cierre de 2024 se prevé en el caso de Bogotá un crecimiento del 5.6% y en Cali del 7.12%.
