Desde los 4 años, para Juan Sebastián el violín se convirtió en el centro de su vida. Su pasión nació en la escuela de Batuta, donde se construían sólidos cimientos musicales. Inspirado por los videos de violinistas cristianos que su padre reproducía en VHS, soñaba con interpretar esos solos inolvidables. Creciendo en un hogar pastoral, el violín también se transformó en un medio para explorar su sonido y discurso musical, forjando una conexión profunda con este instrumento.

Su primera presentación en público tuvo lugar en el Teatro Imperial, en un evento organizado por Batuta. Aunque los detalles se han desdibujado en su memoria, un video le recuerda la emoción del momento, donde tocó xilófono, percusión y hasta bailó, demostrando su conexión temprana con el escenario.
A lo largo de su vida, artistas como Itzhak Perlman, Maurice Sklar y Stephan Grapelli han sido sus principales influencias. También admira el sonido vibrante del fiddle jazz de Joe Venuti y la creatividad de Lindsey Stirling, quien ha revolucionado la manera de interpretar música pop y rock con el violín.
Con una pasión que abarca desde el jazz hasta el pop, su experiencia en la Berklee College of Music marcó un antes y un después. En sus escenarios vivió momentos únicos, interactuando con músicos de todo el mundo, absorbiendo culturas y estilos que enriquecieron su identidad artística.
Para quienes comienzan en este camino, su consejo es simple: elegir un violín adecuado a la edad y tamaño, iniciando con uno accesible si es el primer instrumento. Este violinista es testimonio de cómo la pasión y el esfuerzo constante pueden convertir un sueño en una realidad vibrante y llena de música.
